🌼Capítulo 22🌼

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Abrí la puerta espiando un poquito antes de entrar. Por suerte allí no había nadie más que Mildred aspirando la alfombra. Theo y Magdalena dormían cómodos en el sillón y Jacob estaba recostado debajo de ellos.

Esa imagen me levantó un poco el ánimo, imaginé a Jacob como un padre.

Entré mirando el reloj de pared: 11:30 p.m. Todos sabían que estaba en el hospital y nadie me había llamado para ver en dónde estaba.

-¡Emma!- saltó Mildred en un susurro para no despertar a nadie- ¿En dónde estabas?

-En el hospital, por fin me sacaron el yeso.

-Todos nos preocupamos mucho, pero suponíamos que te habías tardado un poco más, así que tus padres salieron a buscarte hace unos segundos.

-Oh, bueno- contesté- ¿Podrías hacerme el favor de llamarlos y decirles que ya estoy en casa?

-Claro. ¿Has estado llorando?

Mierda.

-¡Sí! Sí...me dolió mucho la nariz.

-Oh, ya veo. Entonces ve y descansa, linda.

Asentí y subí las escaleras pesadamente. Abrí la puerta de mi habitación y me tiré en la cama.

Esto no podía estar pasando. No podía estar llorando por él. Me consideraba una persona fuerte, de carácter duro ¿Entonces por qué mierda dejo que un total desconocido se adueñe de mis pensamientos y me haga sufrir de esta manera?

¿¡Quién se cree que es!?

Abracé la almohada y comencé a llorar desesperadamente sobre ella. Luego la lancé lejos de mí. No puede ser que la única compañía que tenga sea una almohada ¡Qué deprimente!

Tomé un frasco que perfume y lo tiré contra la pared para descargar mi dolor.

¡Dejé que Wintters jugara conmigo!

Agarré el vaso que había dejado sobre mi escritorio esta mañana y lo lancé contra la pared.

-¡El amor apesta!- grité.

Mientras más estruendoso era el golpe, más satisfecha me sentía. Sabía que de nada servía romper ni uno, ni un millón de perfumes o vasos para calmar mis sentimientos.

Seguí llorando luego de gritar unas guarangadas.

¿¡Es que no aprendiste lo suficiente con Bradley, Emma!? ¡El amor no es para ti! ¡El amor mata! ¡El amor es para aquellos que saben controlarlo! Y una niñita como tú ya demostró que no tiene la fuerza suficiente como para jugar con semejante cosa. Fuiste rechazada y eso es lo que se siente: dolor, rencor, angustia y pena. Pena de ti misma. Pena porque no la vales. Pena porque no te correpondió. Pena porque no eres suficiente para él.

Tomé el jarrón con rosas marchitas que se encontraba cerca de la biblioteca y lo lancé contra la puerta. Esperaba con ansias el gran sonido que el golpe iba a ocasionar, pero de repente la puerta se abrió.

Jamie iba a entrar, pero de pronto se vio en el suelo y lleno de agua gracias al florero. Se paró de inmediato sacando los restos de cerámica y con una flor en la cabeza.

-¿¡Pero qué demonios te pasa!?

No, no es un demonio lo que me pasa, pero...viéndolo de esta forma...Wintters es un sinónimo de demonio.

Le saco la flor de la cabeza.

-Nada, hermano, vuelve a dormir.

-¿Nada? Ohh...¿entonces llorar, tirar cosas porque sí contra las paredes y maldecir al amor es no hacer nada? Entonces tenemos diferentes conceptos sobre el significado de "No hacer nada".

Ya la cabeza me arde demasiado como para que mi mellizo venga y me de el sermón de la noche.

-Jamie, déjame sola y vete a tu habitación.

-No sé por qué te molestas en decirme eso si sabes que no me iré. Quiero saber qué te está pasando, ahora- exige.

Me senté en la cama y comencé a llorar nuevamente.

-Nick, eso me pasa.

Pensé que iba a reírse o irse debido a la estupidez por la que estaba llorando.

-Cuéntame- ¿en serio está interesado?, ¿qué clase de Jamie es este?

Le conté sobre el beso, los Thinny, la incomodidad, los bagabundos de hoy, y luego nuestra pelea.

Él me secó las lágrimas con su dedo pulgar.

-Me encantaría decir que te dije que no te acercaras a él- ya lo hiciste- pero soy tu mellizo y soy demasiado bueno. Emma, no quiero verte así por un chico. En serio me gustaría ir ahora mismo y partirle la cara por haberte tratado como un experimento, pero ni siquiera vale la pena. Él es un idiota, los idiotas no tienen remedio ¿sabes?- puso un brazo al rededor de mis hombros y me atrajo hacia él- ¿Cómo crees que hice yo al dejar tantas chicas atrás?- reí, siempre son ellas las que lo dejan- Debo enseñarte a contraer un alma de hierro y bloquear tus sentimientos, si es necesario eso haré, no quiero ver llorar a mi hermanita nunca más por estas cosas ¿sí?

Asentí haciendo un leve puchero.

Bajamos las escaleras para ponerle una curita a la frente cortada de Jamie. No crean que se está desangrando, sólo es un rasguño pequeñito.

Como esa noche no quería dormir sola, nos sentamos en el sillón y apoyé mi cabeza contra su hombro fingiendo que era alguna clase de protección para mí. Rodeó mi espalda con su brazo y yo su abdomen.

Cuando creyó que estaba lo suficientemente dormida para no escuchar dijo:

-Te quiero muchísimo, hermanita. No dejaré que Wintters, ni nadie te haga daño.
🌼🌼🌼🌼🌼🌼🌼

Morí, Morí y Morí con ese gif.
Sí, tres veces. Dios, amo a Dylan y justo encontré eso y me quedé tipo "SHIT TENGO QUE PONERLO YA!

#MOMENTODEMELLIZOS.

Es taaaaaan tierno❤

Besotes y los quiero.

💋

Durmiendo con el enemigo Where stories live. Discover now