🌼Capítulo 26🌼

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Y pensar que mis problemas se estaban resolviendo...

Por lo pronto ahora tengo que ir al colegio. De a ser la más entusiasta con la escuela, ahora soy la que menos quiere verla.

Como el destino me odia, Brad fue a estudiar con nosotros y mis amigos no le dieron la bienvenida que a él le hubiese gustado. Mucho menos Oliver.

Pepper y Alex no entendían nada de lo que estaba pasando.

En sí, mi hermano odia a cualquier chico que se atreva a mirarme, Keiel insultó a Coran de pies a cabeza y le dijo que no se acercara a nosotros. Mi amiga en serio sabía que si él me lastimaba otra vez, no iban a poder reconocerme.

Nick...él no se juntaba con nosotros como a mí me gustaría. Él estaba con Isaac y Cassy porque no se aguantaba más los berrinches de su prima y sus cucarachas, a penas veíamos, a penas hablábamos y aunque sabía que estábamos bien, había algo que nos distanciaba.

Luego de clases, recibí un mensaje de Coran. Me esperaba en el cine para ver una película como en los viejos tiempos.

No quería ir, no tenía ganas de nada.

Le contesté un simple: "voy en camino".

Guardé mi celular en mi bolso y sentí una mano pasándose en mi brazo.

Oliver.

-¿Qué te parece si vamos a merendar todos a el Limón? -me preguntó.

Miré por arriba de su homro, podía ver que mi grupo de amigos se acercaba.

-Me encantaría, Oli, pero Bradley me invitó a ver una película. Ya tengo planes.

-Entonces...¿Vas a cambiar a tus amigos por tu ex?

-Oliver, ya hablamos de esto, no te cambiaría por nada, pero Bradley quiere una oportunidad y yo...

-Vas a dársela.

¡No, tonto, voy a hacer que se olvide de ello!

Eso quería responderle, pero me fasculló algo más sobre los amigos y se fue negando con la cabeza y haciendo gestos bruscos con las manos.

El autobús que llegaba directo al centro de la ciudad, estacionó al frente mío e ingresé en él, dejando al colegio y a mis amigos atrás.

La película que Bradley había seleccionado era horrible. Se trataba sobre asesinatos, armas, sangre y más sangre.

A mitad de función tuve que levantarme fingiendo un dolor estomacal porque ya no lo aguantaba ni a él, poniendo su mano en la mía cada 5 minutos, ni a esa estúpida película.

Si así quería reconquistarme, íbamos muy mal.

Finalmente, después de una trágica hora escuchando un discurso sobre lo nervioso que se sentía cuando hizo su primer casting, me llevó en su auto hasta casa. ¡Se pasó todo el rato que estuvimos en la cafetería, hablando de sobre él!

¿Qué le había pasado al Bradley que yo conocía? A éste se le subió Hollywood a la cabeza.

Tiré la mochila del colegio en el sillón y subí las escaleras a grandes zancadas.

Al parecer, no hay nadie en casa, así que me tiré en mi cama a pensar un poco y si podía, a dormir.

-Tienes la mala costumbre de arruinarte la vida -la voz provenía de una zona de la habitación en dónde no había luz. Jamie da un paso adelante y se hace presente.

-Primero mírate en un espejo, luego hablamos.

-Te daré un consejo.

-Al igual que el otro día, nadie te pidió uno.

Durmiendo con el enemigo Where stories live. Discover now