29: Final

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"Tú, quién no puedo tocar. Tú, quién no puedo tomar en mis brazos. (...) No sé cómo tomar papel y lápiz, y terminar de escribir nuestra historia."

[Moonlight (Versión en chino) – EXO]

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"Después de todo, para las mentes organizadas, la muerte es sólo la próxima gran aventura." – Albus Dumbledore (J.K Rowling en su libro Harry Potter y La Piedra Filosofal).


Seúl, Corea del Sur.

El día era cálido. Cálido, bastante, el sol brillaba en su esplendor, las aves cantaban, juraban escuchar unos polluelos llorando en su nido, otras revoloteando entre los árboles y las personas, y la humedad del verano era tal que Seungcheol estaba sudando. Sudaba por los poros, empapando su traje negro. Sudaba por los ojos, demostrando en silencio el dolor que sentía su corazón.

Juraba que si los sentidos no le fallaban y no alucinaba en medio de su trance, los padres de Miranda estaban dando unas palabras ayudándose de un traductor que el mismo Park Jinyoung había contratado en la embajada de Venezuela. Había visto llegar a muchas personas, entre esas Kwon Jaeryeong, la mejor amiga de Miranda que estuvo también en el hospital el día que ella había colapsado, inclusive el día que murió.

Sintió cómo su padre le tomaba los hombros, levantó la vista hasta mirarlo completamente consciente del mundo que le rodeaba por primera vez en horas.

–Quieren que des unas palabras. – murmuró su progenitor en su oído.

Pero Seungcheol estaba tan perdido en su depresión que sólo los miraba a todos. Y luego rompió a llorar. Eso fue todo, abrazado a su padre y apretando con sus manos sus propias muñecas, dónde estaban ambos brazaletes. Después de tanto, decidió quedárselos... Le recordarían la sonrisa de Miranda en el momento que se los entregó.

Luego del funeral, todos comenzaron a irse poco a poco. Pero él seguía de pie, frente a la lápida, con las flores en mano que no había entregado aún.

–Cheol...– su hermano lo miró con esos ojos enrojecidos, tomándole el hombro. –Vamos a casa... Iremos a comer algo y vas a descansar.

Volvió la vista a la lápida bilingüe. La única bilingüe del lugar, el mismo mensaje en inglés y coreano:

"Aquí descansan los restos de Miranda Ling. Una gran mujer, una gran esposa, y una hermosa persona. Los aplausos te acompañarán por el resto de la eternidad. Que Dios la tenga en su gloria."

– ¿Por qué no dejas las flores allí? Son bonitas.

Claro que son bonitas, son rosas. Sus flores favoritas, lo supo el día que planificaron su boda. Aunque entre tantos arreglos florales enormes, las suyas pasarían desapercibidas.

–Porque dejar las flores implica aceptar que ella ya no está.

¿Era tiempo de aceptar todo?

No. Terminó regresando a casa de su padre, con las rosas en mano y las pulseras en sus muñecas.




Los días pasaban y él no salía de la cama. Pasaba horas abrazado a la almohada de Miranda hasta que perdió su olor. Entonces decidió abrir el vestier y sacó el vestido rosa que ella compró la vez que aceptó que Gaon nunca había valido la pena, rosa salmón, su color favorito. Se quedó dormido llorando en el suelo del vestier, abrazado al vestido.

© Syzygy (Libro Uno) | S.Coups (Seventeen)Where stories live. Discover now