Pequeña gran criatura

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Alimentamos al pequeño monstruo que dormía muy dentro mío, esperando a salir, hambriento como una osa en la primavera. Fue una semilla putrefacta, fructuosa, albergada en el centro. Un cáncer que se propagaba con tus miedos. Engendramos lo que siempre estuvo, lo que siempre callamos. La regamos como quien siembra maíz, dándole vida a algo que nos mataría.

Utilizamos nuestra libertad para encarcelar a un maniático, un pirómano con dinamita, que se alimentaba del tiempo. Se nos reía a carcajadas, saboreando el comienzo de lo que nunca terminaría, que moríría para siempre.

No hay nada que se pueda hacer, perdón.

Mío y tuyoWhere stories live. Discover now