Lu(a)na

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Cuenta la historia que el mar no era mas que un niño enfurecido, cuyo cólera era imposible de adiestrar.
No había vida ni muerte, solo oscuridad.
El mundo entero, el cual dominaba por completo, le tenía miedo. La tierra se elevaban en las costas, la naturaleza descansaba en las alturas, incluso los volcanes dejaron de gemir por temor.
Llegado el día, del horizonte nació una luz virgen, roja. Su inmensidad era tal qué el mar quedó quieto, mudo, observándola. Estaba paralizado. Creyendo que corría peligro descendió dejando al descubierto su cobarde debilidad natural. En la calma, palideció e iluminó con fervor.
Fue entonces que el cielo pudo ver su rostro, fue entonces cuando la vida y la muerte coexistían, fue en aquel preciso instante, que la distancia entre ambos era perfecta. Fue allí cuando el mar nunca más volvería a gritar, sabiendo que si atenta contra ella, sangrarían las noches eternamente.

Mío y tuyoWhere stories live. Discover now