Capítulo 9-Llamadas telefónicas/¿Qué hacer?

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Japón se limpió el sudor del rostro, quedándose de rodillas junto a la cama en la que yacía Italia. Sentado en la cabecera, sosteniendo una de sus manos, se encontraba Romano, recitando oraciones en su lengua nativa, acariciando con su mano libre el cabello castaño del menor. El oriental alzó la vista, buscando al alemán, encontrándolo apartado de todo y todos, apoyado en la pared, los brazos cruzados sobre su pecho, la cabeza gacha y la mirada perdida, con el ceño fruncido, claramente pensativo.

Los Aliados también se encontraban allí, hablando en susurros y murmullos, tratando de molestar lo menos posible. Ya habían escuchado por boca de Prusia lo acontecido con el menor de los italianos.

-Pero por tal y como todo a acontecido, da la sensación que ya sabía que iba a encontrar en ese lugar...-señaló Canadá, masajeando su mentón, pensativo.-¿Cómo puede eso ser posible?-

-¿Quieres decir que ha ido a sabiendas de lo que le esperaba?-cuestionó Rusia, observando a ambos italianos.-¡Eso es ridículo!Estamos hablando de predecir el futuro...-

-No lo es tanto... Piensa en los relojes y en Japón.-intervino América, mirando al nombrado por encima de su hombro.-Hasta ahora no ha fallado ni una.-

-Tengo la sensación que lo de Italia y Japón es distinto, aru.-señaló China, dejándose caer en una de las camas.-¿Os recuerdo acaso las palabras de España hacia Romano, aru?-

-Estoy de acuerdo con Chugoku-san.-sentenció Japón, habiendo oído las palabras del grupo, aproximándose a ello.-Da la sensación de que Itaria-kun hubiera vivido y visto lo mismo muchas veces... Eso explicaría como se ha vuelto más fuerte emocionalmente y porque se ha habituado luchar... Todos sabemos como es Itaria-kun y ninguna de esas dos capacidades son innatas en él.-

-All right... Pongamos el caso que eso fuera posible: tendría que darnos muchas explicaciones, don't you think?(1)-señaló molesto el estadounidense.-

-¿Qué propones?-quiso saber Prusia, mirándolo con desconfianza.-¿Qué lo interroguemos?-atacó sin más el albino, temiendo que la cosa fuera por ahí.-Si vamos con esas, lo asustaremos y no sacaremos nada en claro... Wir sprechen von Italien!(2)-

-¡Se os reblandece el cerebro con el maldito italiano, krauts!-clamó enfurecido el británico, comprobando como los rubíes de Prusia lo miraban con rabia, dando este un par de pasos, posicionandose delante del inglés, quedando cara a cara, enfrentados, retándose  con las miradas. Inglaterra lo miró con suficiencia.-Si no preguntamos, no obtendremos respuestas... Yo voto por interrogarlo.-

-¡No eres más que un malnacido hi-!-

Prusia se cayó al notar una mano sobre su pecho, viendo al francés junto a él, mirando con desprecio al inglés.

-Estoy de acuerdo con lo que iba a decir aquí Prusia... Incluso se te podrían poner más epítetos, pero me cayaré... Soy uno de los que más conoce a esos locos italianos y, te puedo asegurar, que si hacemos eso que dices o propones, lo perderemos... Se cerrará en banda. Ya está bastante acorralado, no lo pongamos más contra las cuerdas.-

-Come on, France!-clamó el británico, alzando las manos girándose un instante, sabiendo que estaba perdiendo la paciencia. De nuevo se encaro a ambos amigos, Francia manteniéndose por delante de Prusia.-¡De esa manera no sacaremos nada!¿No lo estáis viendo, acaso?-

-Vas equivocado, Angleterre... Ambos te llevamos unos siglos de ventaja respecto a los Italia.-

-Pero también debéis entender que esto nos afecta a todos, aru.-

HetaoniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora