K E N R O 10

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 ✨No se olviden de ir y darle amor a los vídeos de Kenro*cierra la publicidad porque no le pagan*

Terminé de guardar mis libros en mi mochila, con la intención de no tener que cargar con ellos durante todo el trayecto que tendría que recorrer para llegar a casa. Miré a mí alrededor y no había muchas personas, pues (al parecer) yo era una de los muy pocos estudiantes interesados en terminar el proyecto de fin de curso. 

Salí de la biblioteca y un prominente suspiro salió de mis labios. Odiaba volver sola a casa. Pero, prefiriendo terminar mis deberes, permití que Ally (mi mejor amiga) se fuese más temprano a su hogar. 

— Vaya, pensé que te habías ido ya —murmuré mientras detenía mis pasos.

Frente a mi estaba Kenro, apoyado en la puerta de salida con sus manos en los bolsillos de sus ajustados jeans negros. 

— No quería irme sin antes hablar contigo... 

— No hay nada de qué hablar, Rodrigo. 

Ante la mención de su nombre saliendo duramente de mis labios, se acercó tomándome de las manos. 

— Vamos, muñeca, no me trates así —dijo él, frunciendo sus labios—. No fue mi intención haberte dejado plantada anoche.

— Ro... 

— No, déjame hablar —interrumpió, pasando su dedo pulgar por mi labio inferior—. Sé que debí haberte llamado. Al menos debí haber enviado un mensaje, pero Rosé me necesitaba... 

Mi novio suspiró y, revoloteando sus hermosas y largas pestañas, continuó: 

— Apenas le vi mal olvidé lo demás —explicó—. Él no suele sufrir por chicas, y el hecho de que anoche haya estado llorando por una me hizo dar cuenta de lo destrozado que estaba. 

Desvié mi mirada a los ojos de Kenro, tratando de encontrar sin éxito algún rastro de desconfianza. Sin embargo, lo único que obtuve fue sinceridad de su parte. Él jamás me mentía, de hecho, nunca me había dado razones para desconfiar de él. Y ésa no sería la excepción. 

— ¿Fue eso lo que pasó? 

— Si, muñeca. Lo juro —asintió, acariciando mi mejilla. 

Bajé la mirada y él tomó mi mentón. 

— Lamento haberte ignorado en cada período del día, bebé —dije yo—. En serio lo siento. 

— No. Debes disculparme a mí —negó con la cabeza—. Prometo que no volverá a suceder. Nunca volveré a dejarte plantada. 

Presionó sus labios en mi mejilla y yo sonreí. 

— Ahora sólo tienes que decirme que me amas —prosiguió—. Abrázame fuerte y bésame, lo he estado anhelando todo el día. 

Él sonrió. Mordí mi labio inferior y acaricié su cabello. Sin importar la situación, nunca faltaría el lado coqueto y encantador de Kenro. Juntó nuestros labios y aferró sus manos a mi cintura. Se separó de mí y me miró. 

Me encantan tus ojos —susurró. 

— No más de lo que me encantas tú a mí. 

Volvió a sonreír y juntó nuestros labios una vez más. 

𝒪𝒩𝐸 𝒮𝐻𝒪𝒪𝒯 𝒦𝐸𝒩𝑅𝒪𝒱𝐿𝒪𝒢𝒮 © #𝟣 𝒞𝒪𝑀𝒫𝐿𝐸𝒯𝒜Where stories live. Discover now