Capítulo 48

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Partieron del puerto muy felices en el yate alquilado por Bernie. Se quedaron en medio del mar disfrutando de la vista, de la conversación y del perfecto sol que hacía. Cuando Olivia se había quitado el vestido para nadar un rato, Elliot casi se había infartado viéndola, lo bien que le quedaba el vestido era incomparable a lo perfecta que se veía con el traje de baño que se había puesto. Ella se había sonrojado muchísimo al ver la mirada de Elliot encima. Luego le había tenido que dar un pequeño golpe diciendo que tenía que controlar sus manos cuando se posaron sobre su trasero unos segundos.

Noah estaba disfrutando tanto de todo que la cara de Olivia no podía irradiar más que felicidad. Cuando regresaran a la ciudad sin duda extrañaría esos días, aquel lugar y la compañía.

Olivia seguía en el mar. Richard, Elizabeth y Maureen también se habían animado a entrar. Kathleen disfrutaba del sol y conversaba con su abuela. Eli estaba con Elliot y Noah jugando en la parte de arriba mientras él contemplaba a Liv.

—Eres feliz con ella —dijo Bernie más como una afirmación que como una pregunta a su hijo, desde que conoció a Olivia hace tantos años supo que entre ellos había una conexión especial y no tuvo que verlos juntos para acertar.

—Mucho —reconoció Elliot con una inmensa sonrisa en su rostro.

—¿Van a casarse?

—Es lo que más quisiera pero ella quería empezar lento con esto —respondió, por primera vez en su vida se estaba sincerando con su madre. Estaban teniendo una verdadera conversación de madre e hijo.

—Creo que ella estaría muy feliz y aceptaría si se lo propusieras.

—¿En serio lo crees? —preguntó planteándose la posibilidad de hacerlo.

—Estoy segura.

—Decidimos vivir juntos. Queremos comprar una casa —"Olivia me matará cuando le diga que le conté sin ella presente" pensó.

—En mis tiempos primero era el matrimonio y luego la casa pero no importa si son felices.

—Gracias mamá —dijo y recordó la conversación que había tenido con Olivia la noche anterior—. Gracias por lo que hiciste hace más de 8 años y gracias por escucharme ahora —la abrazó.

—Daría todo por ti hijo.

Tuvieron un gran día a bordo del yate. Todos habían disfrutado y estaban felices por la sorpresa que Bernie les había dado. Almorzaron en el yate y quedaron en cenar fuera esa noche así que regresaron a la casa, se dieron una ducha rápida, se vistieron y salieron.

Esta vez Elliot fue quien les dio la sorpresa. Camino al restaurante le preguntaron mil veces donde irían pero él no lo quería decir. Llegaron a un restaurante familiar, muy acogedor, con una vista impresionante y al que solo se podía llegar con una reservación. Él había llamado para reservar una de las mejores mesas. Se sentaron en la mesa con una sonrisa en sus rostros, sabían que era un restaurante exclusivo pero no sabían que tan costoso era. Al llegar el mesero y entregar la carta para que escogieran lo que comerían Olivia casi se infarta al igual que los hijos de Elliot.

—Papá esto es muy caro —comentó Maureen.

—Podemos comer en otro lado —añadió Elizabeth.

—Si papá, en serio, estamos bien con una pizza —dijo Richard, los mayores sabían perfectamente que su padre tenía sus gastos y que aún los ayudaba monetariamente así que no querían que gastara más en ellos.

—Si los traje aquí es porque podemos comer aquí.

—Ell, esto saldrá muy costoso. Por lo menos acepta que cancele la mitad —pidió Olivia muy bajito, sólo para que él escuchara.

Reencuentros amorososWhere stories live. Discover now