Harry bajó esta vez solo a los vestuarios tras acabar el partido. Estaba extasiado de ver a Ginny volar. Le apetecía ver a Ron para comentarle las barbaridades que hacía su hermana sobre la nueva escoba. Era maravillosa. Además Jackson se había ido elogiando a la chica y asegurando que tenía que hablar con ella en los próximos días para ver cómo encajarla en su nuevo siete titular de la selección.
Harry llegó a la puerta de los vestuarios y preguntó al delegado si se podía acceder en ese momento. El hombre le respondió afirmativamente con una sonrisa y le abrió la puerta. Dentro, el vestuario era una fiesta. Las siete chicas ya habían acabado de ducharse y estaban vestidas con su ropa de calle aunque aún les faltaban las zapatillas a algunas de ellas y entre todas estaban manteando a Ginny y gritando su nombre. Laura vio la primera a Harry entrar y corrió a cogerle del brazo para atraerlo a la fiesta pero en cuanto se separó la propia Ginny se deshizo de sus compañeras y se lanzó a por Harry. El beso que se dieron fue apasionado, lleno de cariño, profundo y excitante. El chico además tenía que luchar por controlarse porque el pelo de la joven lo rodeaba y su olor lo volvía loco. Las seis compañeras no parecían avergonzarse esta vez y se reían y los rodeaban sin dejarlos tranquilos. Cuando se separaron ellas seguían riéndose y una muchacha morena y alta exclamó.
-Así que este es el famoso Harry Potter que te tenía tan alterada ¿no Ginny?- su voz sonaba alegre y a la vez intentaba picar a su compañera. –Ahora lo entiendo... yo estaría igual en tu lugar...- rio con ganas y sus compañeras la acompañaron. Solo Ginny, aunque también tre risas se volvió y le golpeó de broma haciéndola huir.
-Cállate ya Gibbs, déjame disfrutar esto tranquila- Ginny estaba encendida. Su piel estaba casi igual de roja que su pelo, y eso era mucho decir.
Todas rieron un rato más comentando el partido e hicieron partícipe a Harry del momento de alegría. Acababan de derrotar al equipo a batir del campeonato de un modo sublime, y solo con una nueva escoba. Poco a poco fueron saliendo de una en una hasta que Harry y Ginny quedaron solos. La chica lo miró a los ojos y le dio un suave beso.
-Gracias por venir Harry, no me lo esperaba. De verdad- ella sonreía y lo acariciaba con sus labios con besos muy cortos, uno tras otro. –Bueno, y gracias por la escoba también está claro-.
-Pensaba que no lo dirías nunca y que te habías vuelto una maleducada señorita Weasley- dijo Harry buscando seguir con el juego. –Creo que te ha venido muy bien ahí arriba-.
-Sin duda me ha venido bien idiota, pero no creerás que ha sido la escoba lo que me ha hecho volar así ¿No?- ella comenzó a acariciarle la barba.
-Bueno, ¿Qué si no?- preguntó intrigado Harry.
-Evidentemente tú, inútil- Ginny reía. –La sorpresa de verte y de pensar que me estabas viendo volar me ha motivado bastante. Te echaba mucho de menos, aunque viendo lo tonto que se ha vuelto El Elegido, incapaz de ver las indirectas de una chica, puede que me haga replantearme si de verdad me gustas o no...- la chica le estaba provocando.
-Bueno entiendo, si cree eso, quizás la señorita prefiera que me vaya y...- Harry estaba respondiendo muy digno haciendo creer que se encontraba enojado pero no podía evitar la felicidad de ver de nuevo a la chica.
-Calla ya bobo- un nuevo y profundo beso. –Tú te vienes a mi casa esa noche. Tenemos que hablar y quiero enseñarte dónde vivo. Además podemos cocinar algo juntos como hacíamos en Grimmauld Place y cenar algo antes de dormir. Yo cené antes pero un partido siempre te abre el apetito- cogió a Harry de la manga del traje y tiró de él para sacarlo del vestuario mientras con un golpe de varita guardaba su escoba en el escobero del club.

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Las Reliquias del Perdón
FanfictionLa autora de nuestra saga favorita nos dejó con ganas de saber más sobre lo que pasó en los 19 años entre el final de Las Reliquias de la Muerte y el Prólogo de la historia. Con esta pequeña novela intentaremos hacernos una imagen de esos años, aunq...