Hide and Seek →Kookmin♡

¿Reencuentro?

Al principio, la mente de Jimin se puso en blanco. Tanto sus oídos como su cabeza intentaban procesar aquel sonido. ¿Acaso el sueño y el temor de esa noche eran capaces de hacerlo delirar?

Volvió a escucharse ese mismo grito, de esa misma garganta. No se necesitaba mucha ciencia para averiguar que aquello provenía del menor. Pues claro, eran los únicos en casa.

Su cuerpo que ya no soportaba la presión ni los sentimientos de esa noche, estaba por colapsar en cualquier momento. De los pies a la cabeza, todos sus músculos se habían entumecido. No sentía ni el movimiento de su dedo índice ni el frío de la habitación que lo envolvía de a poco.

Tal vez, todo el estrés que estaba recibiendo estaba haciendo que se imaginara todo. Capaz su mente le estaba jugando un mala jugada, intentando inventar algún punto débil en Jungkook.

Se hacía un lío en la cabeza. Lo único que funcionaba correctamente era lo que tenía arriba del cuerpo, pero ésta ya estaba llegando a su límite.

¿Había escuchado bien o sólo era parte de su imaginación?

Su burbuja de pensamientos se estalló cuando un leve y penetrante sonido lo despertó.

Un débil sollozo se escuchó. Era tan bajo pero tan fuerte que no tardó en reaccionar.

Sus ojos que parecían estar secos de lo tanto que había llorado, ahora estaban derramando más lágrimas.

Si antes había derramado ríos por el temor que sentía de Jungkook, ahora lo hacía porque se sentía un estúpido.

Tenía el impulso de salir corriendo hacia el más alto y envolverlo en sus brazos. Quería consolarlo y, aunque su cabeza no estaba de acuerdo, perdonarlo. Ese simple sollozo había sido suficiente para olvidar ese infierno.

Pero se sentía un incompetente porque su cuerpo no se movía. Aunque quisiera negarlo, aún le tenía un poco de miedo al menor.

Por eso se odiaba, por no poder controlar sus sentimientos ni sus propios músculos.

Escuchando al menor tan afligido, se sintió inmensamente culpable. Sintió que su mundo se derrumbaba lentamente.

Mordió su labio inferior en un intento de controlarse. Las lágrimas comenzaban a empaparle la remera. Lloraba tanto que su respiración se entrecortaba irregularmente.

Inevitablemente comenzó a sentirse muy débil. Ya no tenía más fuerzas para llorar. Además, la cabeza comenzó a punzarle. Se sentía mareado y con ganas de vomitar. Pero no podía expulsar nada ya que su estómago estaba vacío.

Había dejado salir tanta agua en tan pocas horas...A este paso, moriría de deshidratación y de estrés. Pero realmente ya no le importaba.

-Oh, mi pobre angelito,¿qué he hecho para verte sufrir?-Con la poca fuerza que tenía, logró decir, casi en un susurro, lo que su mente realmente pensaba. A pesar de todo, no podía dejar de preocuparse por el menor.

De poco, el cansancio comenzó a abrazarlo. Se sentía muy agotado. Sus párpados comenzaban a cerrarse y su cuerpo anhelaba un descanso decente.

Pero inmediatamente su cuerpo se puso alerta.

El lugar se había llenado de un silencio sepulcral. No se escuchaba ni una mosca pasar. Como había sucedido antes, esto comenzó a inquietar a Jimin.