Me siento tan sola, tan malditamente sola que me cuesta respirar. Siento mis mejillas húmedas, mis párpados cansados. Y en lo único que puedo pensar es; ¿Qué está mal conmigo?
Mi garganta duele, quiero gritar de frustración e impotencia. Pero ¿Qué más da? Nadie puede oírme, nadie vendrá por mí.
Sigo mirando a mi alrededor, la gente continúa su camino sin notar mi presencia en lo absoluto. Continúan sus vidas, continúan sus trabajos, ajenos a lo que ocurre a su alrededor, ajenos a lo que me ocurre.
Una niña pasa por mi lado corriendo y riendo, inconscientemente sonrío, pensando en la inocencia que desprende de ella. La inocencia que me han quitado, mi sonrisa se convierte en una mueca de dolor.
Miro mis manos que están salpicadas de sangre, mi vestido púrpura apenas cubre mi cuerpo, vuelvo a mirar a mi alrededor. Estoy justo aquí, ¿Por qué no pueden notarme? El nudo en mi garganta vuelve, y siento náuseas. ¿Tan mal me he portado? y luego pienso; ¿Ellos sabrán lo qué he hecho?
25.03.17
