Lander estuvo vigilando mis movimientos durante todo el resto de la semana, realmente me estaba sintiendo acosada.
Estaba paranoica, probablemente loca y ahora también sufría de acoso. ¿Quién dijo que la vida de adolescente era la mejor etapa de nuestras vidas?
Y para empeorar las cosas, el tema con la chica Harlow estaba en su punto máximo, tenían en la mira a un chico llamado Douglas Coleman. Al parecer encontraron un brazalete de la chica en su casillero.
¿Cómo diablos llegó eso ahí? Todos culpaban al chico pero yo tenía mis dudas.
Primero; ¿Quién es tan estúpido de dejar eso en su casillero cuando están investigando y buscando pistas por todas partes? Ilógico, ¿No?
Segundo; Alguien avisó de aquello a la policía, anónimamente, obvio.
Tercero y lo más obvio; ¿Cómo ese alguien sabía que Douglas había guardado el brazalete ahí? Tal vez lo vio guardándolo, pero…¿Cómo sabía exactamente que era de Harlow Stone?
A mí me sonaba más como una emboscada y el culpable hizo todo aquello para librarse. Obviamente nadie más parecía pensar en todo como yo.
Tal vez debería dejar de ver programas de detectives, pero ¿Ustedes los han visto? Son malditamente adictivos.
Ahora tenía una nueva misión super secreta y descubrir quién era el culpable. Muy en el fondo sabía que hacía todo esto por no haberla ayudado cuando tuve la oportunidad, eso aún me comía la cabeza y si no hacía algo iba a morir del remordimiento.
Lo peor de todo es que sólo sabía cosas con los programas de televisión pero no podía hacer esto en la vida real, todo era más complicado. Y por ser una chica de 17 años nadie me tomaría en serio.
¿Pero eso detiene a una futura detective? ¡No!
Vale tal vez estaba exagerando con el tema de ser detective, pero parecía una buena profesión para las personas curiosas como yo.
- ¿Quién es ese chico? -me preguntó Eve mirando por encima de mi hombro- No para de observarte. ¿Le gustas?
Todo comenzó como una pequeña risita que se fue convirtiendo en una gran carcajada que en cinco segundos la mitad de las personas en la cafetería tenían su mirada puesta en mí.
Eve estaba sonrojada por toda la atención que atraía mi risa, pero no podía parar. Luego de unos minutos pude controlarme lo suficiente para poder responder.
- ¿Yo? -me apunté- ¿Gustarle a alguien?
Reí un poco más mientras Eve rodaba sus ojos.
-Entonces, ¿Por qué no deja de mirarte? -preguntó nuevamente- Lo he visto todo el día mirando en tu dirección.
Me giré un poco para mirar de quién estaba hablando y… ¡Bingo! Era Lander.
-No lo sé, pero ya me está dando miedo -dije, Lander mantuvo su vista en mí, incluso cuando yo le miré de vuelta.
-Pues está guapo -dijo, y luego agregó: Muuuy guapo.
Sonreí porque hace unos años pensaba lo mismo. Recuerdo haberlo dicho con ese tono también.
-Lo que tiene de guapo lo tiene de acosador -dije, Eve se rió y dejó ir el tema.
Mi teléfono vibró con un nuevo mensaje de texto.
Mamá: Tu padre quiere verte hoy.
Rodé los ojos y guardé nuevamente el teléfono, ¿Por qué debería ir? Siempre que yo quiero verlo me pone excusas.
Luego de unos minutos pensando en la excusa que podría decirle, mi teléfono vibra de nuevo.
Mamá: Es importante. Yo también estaré ahí.
Mi pulso se aceleró, ¿Qué demonios pasaba? La ultima vez que me dijeron eso fue cuando iban a divorciarse. Suspiré mientras escribía en respuesta un simple “Está bien”.
- ¿Todo bien? -preguntó Eve notando mi cambio de humor. Asentí y sonreí. Todo bien.
-Iré al lavado, te encuentro en el salón -le dije, ambas teníamos la próxima clase juntas. Ella asintió algo confundida por mi reacción.
Al entrar lo primero que noto es a una chica mirándose al espejo. Pero eso no es lo que hace que mi piel se ponga de gallina, claro que no. Me quedo quieta en la entrada, sin ser capaz de decir algo. ¿Cómo es posible?
Intento preguntarle qué hace aquí cuando todo el mundo está buscándola pero mi ojos se van a su cuerpo. Y ahí está nuevamente su vestido con la sangre seca.
Ella parece no percatarse de que la estoy observando, su mirada sigue en el espejo, inmóvil. Doy un paso hacia ella, temblorosa y asustada como nunca lo he estado antes en mi corta vida. Nuevamente intento decir algo, pero fallo. Lo único que sale de mi es un jadeo, la chica me mira a través del espejo.
Sus ojos agrandandose con miedo, luego vuelve a mirarse. Y dice: - ¿Tú sí puedes verme?
