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- Esperame aquí. - dice antes de bajar del auto.

Estamos en medio de un estacionamiento, en plena ciudad. Por lo tanto se me es difícil descubrir a dónde vamos.
Harry está actuando muy misterioso, ni siquiera quiso decirme a dónde íbamos. Lo veo desaparecer por entre medio de otros autos y lo pierdo de vista.

¿Donde irá? Las comisuras de mis labios se elevan, pensando en todas las posibilidades.

Miro mis manos y juego con ellas algo nerviosa, ésta es la primera cita que tengo y que sea con Harry la hace doblemente especial.

Jamás imaginé estar en una cita con el chico de las notas... Debo decir que veía casi nulas las posibilidades de conocerlo. Y ahora estoy aquí, con aquel chico, que aunque me cueste admitirlo... Robó mi corazón desde la primera vez que leí su nota. Desde aquél día todo cambió, mis días tenían sentido por una sola cosa. Aquellas notas trajeron más sonrisas y menos lágrimas. Porque él es lo mejor que me ha pasado en la vida. Y es lo más preciado que tengo, es por eso que tengo miedo.

Miedo de decirle lo que siento, porque nunca antes había sentido esto por alguien más. Es un sentimiento tan fuerte, que temo que acabe conmigo.

El ruido proveniente de unas llantas, me regresa al presente.

Miro a ambos lados y a un costado hay un auto negro estacionado... Que me resulta familiar, muy familiar.

Abro los ojos como platos y salgo del auto de repente. ¿Qué demonios hace aquí?

La puerta del conductor se abre y se ven unas piernas largas y perfectas. Trae tacones altos, una falta demasiado corta y una blusa algo diminuta para ella. Su cabello está suelto y lacio como siempre, su maquillaje está perfectamente.

Al verme una sonrisa aparece en su rostro.

- ¡Elena! Que grata sorpresa.

- ¿Qué demonios haces aquí? - cierro mi manos en puños.

- ¿Esa es manera de tratar a tu mejor amiga? - hace un puchero y pestañea.

Y tengo unas tremendas ganas de golpear su estúpida nariz, perfectamente operada.

- ¿Qué es lo que quieres? - pregunto mirando nerviosa a ambos lados.

¿Dónde diablos está Harry?

- Te dije que me las pagarías. - se encoje de hombros.

- Dejame en paz, si no quieres terminar peor que la última vez.

- ¡Por favor! - suelta una carcajada - Tú padre quiere que te de un recado.

- ¿Qué?

Golpea la ventanilla de atrás y la puerta se abre, por instinto me alejo del auto. Entonces salen dos tipos inmensos, de éste. Que logro reconocer de inmediato, son amigos de Jackson.

El Chico De Las Notas | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora