Sin rumbo -1

34.

Llevamos al menos una hora andando y no hemos encontrado nada todavía, el silencio reina por todo el bosque hasta que se escucha el ruido al que nos hemos acostumbrado desde que todo empezó. Se oyen caminantes y nos paramos para mirarnos unos a otros.

-Parecen un grupo entero pero, ¿dónde están? -pregunto a mis acompañantes.

-No lo sé, no hemos visto nada desde que salimos de Alexandría. Estad alerta por si acaso. Podríamos mirar abajo, el bosque acaba en un barranco un poco más alante -contesta Daryl.

Bajamos por un camino al lado del barranco y los ruidos cada vez son más fuertes. Al llegar no puedo evitar abrir los ojos y soltar un grito ahogado. Hay cientos y cientos de caminantes en el terreno que hay bajo el bosque, todos andando en fila, uno tras otro arrastrando los pies se van acercando a dos camiones que hacen de barrera a los primeros que se aproximan a ellos. Uno a uno se van juntando hasta que uno de ellos consigue cruzar y se va acercando a nosotros con pasos torpes. Sin pensarlo dos veces saco mi arco y le lanzo una flecha, que se clava directamente en su cráneo.

-Tenemos que irnos ¡YA! -grita Rick para hacerse oir por encima de los caminantes.

Nos damos la vuelta rápidamente pero algunos caminantes han ido hacia la cuesta que nos llevaría al bosque otra vez, son pocos podríamos con ellos si actuamos con rapidez. Nos miramos y entiendo perfectamente lo que están pensando, tarde o temprano llegarán a Alexandría y con ellos; la muerte.