Antes de poder dar un paso noto como una mano me agarra y tira de mi hacia dentro. Al darme la vuelta veo a Enid mirándome como si fuera una completa desconocida.
-Te creía más lista Aria, ¿vas a salir así de repente tú sola? -me dice sin dejar de soltarme la muñeca.
-Yo te creía menos pesada, además, a ti que más te da. Seguro que estas deseando que salga ahí para que me maten -le digo con el ceño fruncido.
-Voy contigo, yo también quiero ayudar a Carl -me dice.
-¿Dónde le viste la última vez? -le digo.
-Creo que dijo algo de ir a buscarte a vuestra casa por si te habías quedado ahí.
-Perfecto, vámonos -le digo.
Al abrir la puerta el olor vuelve a golpear contra mi nariz como si fuese un puñetazo. Saco mi cuchillo por si acaso y empiezo a correr sin mirar para ver si Enid me sigue. Veo a algunos de los niños a los que les había dado clase por el suelo y sin vida, noto como el estómago me da un vuelco. Al llegar a casa veo como la puerta está abierta y las dudas empiezan a arremolinarse en mi cabeza.
-No creo que Carl haya dejado la puerta abierta -le digo a Enid poco convencida.
-Seguro que ha entrado corriendo y se le ha olvidado cerrarla -me dice encogiéndose de hombros.
-Vale, pues vamos a entrar. Aquí fuera no es nada seguro estar paradas -le digo subiendo las escaleras de la entrada.
Al llegar en frente de la puerta noto como mi corazón empieza a ir a mil por hora, Carl podría estar ahí dentro vivo. O en el peor de los casos, muerto. Al entrar noto como hay ruidos en la parte de arriba de la casa, me voy a dar la vuelta para advertir a Enid cuando veo que está cerrando la puerta y atascándola con una silla, dejándome completamente encerrada.
-¡¿QUE COÑO HACES?! -le grito desde dentro, ignorando que los ruidos de arriba no han parado.
-Voy a ir yo solita a buscar a Carl y a darle el pésame por tu muerte -me dice dándose la vuelta para irse, pero vuelve a mirarme por encima del hombro para añadir una última cosa -Cuidado con el hombre de arriba, creo que es de los malos.
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Sin rumbo -1
FanfictionDesde que empezó el apocalipsis, Aria no confía en nadie. Sobrevive sola para no tener que depender de nadie. Hasta que un día se encuentra con un grupo del que se niega a formar parte, hasta que conoce a Carl Gimes, un chico de ojos azules, irónico...