16. ''Amelia''

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—C-como... ¿Cómo es que sigues viva? —Emma no podía encontrar las palabras, aquello era demasiado para ella. Aquellos ojos que vivían en sus pesadillas, ahora los tenía en persona, mirándola con burla y frialdad. Amelia era cruel, y Emma apenas se daba cuenta.

—Oh, hermana. Hay tantas maneras —caminó con elegancia—. Lindo lugar. Parece que sigues siendo una princesa después de todo.

—¡Amelia! Contéstame, ¿qué haces aquí?

—Así que tú eres el inútil que la despertó —miró a Justin, ignorando las exclamaciones de Emma—. A decir verdad, no esperaba que alguien la encontrara. Mami y papi se encargaron de eso —escupió lo último con amargura. Amelia odiaba a sus padres, siempre lo había hecho. Con sus ojos recorrió de arriba abajo a Justin, mostrando su desprecio y asco.

A diferencia de Emma, Justin solamente veía a una mujer que tuvo la crueldad de convertir a su propia hermana en piedra y dejarla prisionera en su propio cuerpo durante tres siglos. Manipuladora. Sádica. Narcisista. Sin embargo, él no encontraba ninguna ofensa coherente dentro de él. Estaban pasando las cosas más extrañas que Justin pudo imaginarse. ¿Cómo sobrevivió todo este tiempo? Se supone que Amelia debería estar muerta. Hace siglos de todo lo ocurrido.

—¿Qué haces aquí? —ordenó Emma con rudeza.

—Déjate de preguntas. Vine a visitarte, hermanita. ¿No es obvio?

—¿Cómo supiste que había vuelto?

—¿Acaso no me conoces, Emma? Siempre termino enterándome de todo. Digamos que durante tres siglos estuve atenta a lo que pudiera pasar. No soy estúpida, aunque quisiera no podrías haberte quedado como estatua toda la vida. Tarde o temprano se sabría.

—Como es que puedes estar viva. Dime la verdad de una maldita vez.

—Tengo mis trucos, Emma. Y nunca te lo diré.

—Basta —Justin gruñó, encontrando la voz que perdió durante unos minutos.

Amelia lo miró de arriba abajo y una media sonrisa se formó en su rostro. Al igual que muchas, Amelia le encontró el obvio atractivo. Hasta él sabía que lo tenía.

—Emma, ¿por qué no le cuentas a Justin de tus pesadillas?

Ella la miró con los ojos muy abiertos.

—¿Así que fuiste tú? ¿Tú me las causabas?

—Soy buena, ¿huh? Admítelo. Pero el caso es, que solamente te mostré tus miedos. Cuéntaselo a Justin —la miró de forma burlona, Amelia sabía lo vergonzoso que esto le resultaba para su hermana y ella lo disfrutaba. Así siempre fue, encontraba los puntos débiles de todos.

—Cállate —gruñó.

—¿Emma? ¿De qué está hablando? —Justin dirigió sus ojos a Emma, que lo miraba angustiada.

—Si, ¿de qué hablas? —dijo burlona—. Es guapo, ya veo por que temes a aquello.

Amelia caminó hacia Justin y Emma pudo ver sus intenciones. Siendo más rápida, ella se puso delante de Justin y él tomó su mano entrelazándolas. Amelia giró sus ojos hacia aquello y una mueca se formó en su rostro, aquello era una burla para ella y lo demostró con la carcajada que soltó.

—Emma tiene miedo a que la cambies por otra mujer —soltó una vez del aburrido silencio. Emma sofocó el jadeo que quería salir. Amelia estaba siendo dura, después de todo seguía siéndolo.

—¿Qué?—preguntó Justin incrédulo—. ¿Por qué temes eso?

La verdad era que Emma no podía decir el por qué, ya que aquello significaba que tenía que decir lo que sentía por el. No podía permitir que Amelia ganara.

The Princess [j.b.]Where stories live. Discover now