The Princess [j.b.]

45. ''Algo real''

Stella murió tres semanas después. Justin duró aquel tiempo en el hospital, dormía, comía y se aseaba ahí. El trabajo lo dejó a un lado, se aisló completamente de su vida laboral y de la personal también. Sabía que Emma estaba ahí a su lado, sin embargo no le prestaba toda su atención porque su madre lo necesitaba más que nunca. 

Utilizó los mejores tratamientos que el dinero podía dar, pero aquello no sirvió de mucho para que Stella pudiera ganar más fuerzas. El cáncer la había vencido. 

Justin gritó con su alma desgarrada cuando Stella dio su último aliento y se dejó caer en el frío piso de la habitación privada de Stella. Emma lo había envuelto en un fuerte abrazo, acompañándolo en su dolor e impotencia. Justin nunca se había sentido tan desgraciado y sobretodo, cobarde. Sin tan solo no hubiera gastado años lleno de rencor y odio, hubiera tenido más tiempo con su madre. 

Con Jean ni siquiera se hablaba, su hermana no lo abrazó cuando Stella murió, simplemente salió de la habitación y no regresó horas después. Justin fue quien le notificó a Luke sobre la muerte de su ex esposa. El silencio al otro lado de la línea hizo que el corazón de Justin se encogiera en su pecho. 

Su hermana no protestó ni tampoco le agradeció cuando él se ofreció a pagar el servicio funerario. Su madre iba a tener una despedida digna y con ello Justin esperaba tener un poco de paz en su alma apenas sanada. Stella dejó un gran vacío en su corazón, pero esta vez era diferente a cuando él era un niño de 13 años que odió a su madre la mayor parte de su vida. Su madre había luchado hasta su último aliento y es así como Justin decidió recordarla. 

Emma lo ayudó en todo momento a preparar el servicio funerario, Justin escribía los cheques y cuando la mañana del funeral llegó, él vistió su mejor traje negro y Emma un bonito vestido negro sencillo. La mañana estaba nublada, como siempre acostumbraba a estar en Londres. Justin bajó del auto y tomó la mano de Emma mientras iban hacia la capilla. Iba a ser una ceremonia privada y aquello lo decidió Justin. 

Jean no se quitó los lentes obscuros durante toda la ceremonia, Justin podía ver las lágrimas cayendo por su mejilla y como ella se apretaba los labios para no soltar un sollozo. El ataúd color negro estaba en lo alto de la capilla, un arreglo floral lo adornaba y durante toda la ceremonia, Justin estuvo sin decir palabra alguna, no pudo pasar al frente para decir unas cuantas palabras. El único que pudo hacerlo fue Luke, quien había viajado desde Perú para estar presente y ser de apoyo para sus hijos. 

—Nunca antes había estado en un funeral —susurró Emma al momento de salir de la capilla. La ceremonia había terminado—. La familia real no lo tenía permitido. 

Justin quiso sonreírle pero no pudo. Ella enroscó sus brazos alrededor de su torso y pararon su andar. El viento oscilaba el largo cabello de Emma, familiares y amistades de Stella charlaban afuera del lugar, todos con abrigos negros, peinados discretos y la mayoría llevaba lentes obscuros puestos. 

—Hijo —le llamó Luke y ambos se saludaron afectuosamente. 

—Papá, qué gusto que hayas venido. 

Luke inhaló hondo, vio a su alrededor y sonrió con tristeza. 

—Fue una hermosa ceremonia —sus ojos se llenaron de lágrimas—. Estoy orgulloso de ti, Justin. 

Por el momento Justin había dejado a un lado sus comentarios afectuosos, incluso a Emma le estaba haciendo lo mismo y aunque quería dejar de estar encerrado en su propia burbuja de dolor y arrepentimiento, no podía hacerlo. Pronto alguien más se les unió. Jean. Y Justin la ignoró olímpicamente cuando ella saludó a su padre con un fuerte abrazo. 

—Tenemos que irnos —habló Justin cuando se separaron. Estrechó a Emma entre sus brazos y no miró hacia su hermana—. Adiós, papá. 

Sabía que su padre esperaba que se despidiera de Jean, pero Justin no pensaba hacerlo. No iba a enfrentar por ahora la batalla que llevaba el nombre de su hermana. Luke hizo una mueca antes de que ambos se giraran y comenzaran a caminar por la calle.