21.

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Realmente ansio que la clase de Sebastián comience ya, pero al mismo tiempo deseo que la clase de Historia no termine nunca.

Cada minuto mis nervios aumentan más, pero estoy decidida, aunque no muy segura de lo que diré, ¿acaso será...?

La campana suena anunciando el final de hora, sigue Matemáticas. Si, así es, pienso esperarlo en la entrada del salón a solas para que nadie vea y nadie pueda decir algo.

Salgo del salón mientras Valeria también lo hace y de repente desaparece entre la multitud de los demás alumnos de la escuela.

Volteo a todos lados y no hay señal del profe, abro la carta una última vez y veo que está perfectamente bien a pesar de arrugarla con los dedos por mi nerviosismo, levantó la cabeza buscando al profe, y de lejos lo veo a él.

Cada vez se aproxima más, las chicas de mi grupo lo rodean, unas sonriéndole y otras tratando de mostrarle cariño abrazándolo, pero él simplemente se aparta.

Sebastián se acerca completamente solo, yo con la carta en las manos, me sonríe y me dice: Hola. Le respondo y él después entra al salón de clases.

Lo sigo con la mirada y arrugo la carta.

No pude...

Tú eres mío.©Where stories live. Discover now