50.

1.3K 52 1
                                    

Ansiosas Valeria y yo esperamos durante un gran rato afuera de la dirección. Teníamos clases libres y eso nos ayudaba bastante, ambas estábamos demasiado nerviosas, con la mirada sobre la dirección, veíamos a distintas personas pasar por ahí, pero Sergio no aparecía. Tuve suerte al no ver a Sebastián cerca o impediría todo esto. De igual manera todo se lo diría después y ya no podría hacer nada.

En el buen rato que Valeria y yo esperamos, comenzamos a platicar y no pude evitar decirle que había hablado con Sergio y quedado en acuerdo de que si todo salía bien, ella saldría con él. Tampoco pude evitar decirle que le tenía una gran sorpresa y ella pareció molestarse un poco, como si aquella gran sorpresa fuera algo que ella no quisiera. Me miró un poco extraño y después sonrió difícilmente.

Por la forma en que ella habló podría decir que ella sintió celos por un momento, pero después cambiamos rápidamente el tema a Israel, ella lo amaba, sus sentimientos hacia él le ganaban y ya ni había marcha atrás.

Después de algunos minutos más, Sergio por fin salió, seguido de la profe de inglés, ella en camino hacia el primer edificio de la escuela muy devastada y él muy serio. Si tenía que fingir, lo tenía que hacer bien. Espero a que la profe de inglés desapareciera de ahí para después darnos la gran noticia de que todo había salido de maravilla y que ella se iría y no regresaría nunca más a ningún plantel en el que quisiera pedir trabajo.

No pude evitar abrazarlo frente a Valeria, pero ahora él no me había correspondido, ahora sólo era yo la que sentía afecto. Me separé de él. Miré a Valeria, tenía la mirada fija en Sergio y él también la miraba, decidí irme sin despedirme y al parecer ellos comprendieron porque ninguno fue detrás de mi. Ahora iba en camino hacia donde se encontraba Sebastián. No sabía donde se encontraba, pero iba a encontrarlo, caminé por el patio y él ya venía corriendo..., hacia a mi.

— ¡Laura! Tú y yo necesitamos hablar... — dijo muy agitado. — Vamos a un salón.

Asentí con la cabeza y ambos fuimos a un salón fingiendo que iba a revisarme un trabajo a última hora. Él se sentó en el escritorio y yo frente a él. Me miró a los ojos y dijo:

— ¿Tú lo hiciste, verdad?

— ¿Hacer qué?

— Hiciste que corrieran a la profe de inglés

— Sí — respondí descaradamente. — No iba a dejar que te siguiera provocando

— Sabes absolutamente que yo solo te quiero a ti...

— ¿Entonces me vas a reclamar?

— No — respondió

— ¿No querías que la echaran porque te gustaba, no?

— Laura no...

— Entonces ve y diles que todo fue una mentira y quédate con ella — me paré del lugar en donde estaba sentada y estuve a punto de irme cuando él me tomó por detrás y yo me volví hacia él.

— ¿No entiendes que yo sólo te amo a ti? — y me besó.

Yo me separé.

— Ella, ni nadie más me importa, sólo tú, ¿cómo te lo demuestro? ¿se lo digo a toda la escuela? Pues allá voy... — él me soltó y estuvo a punto de salir del salón de clases cuando esta vez yo lo tomé con todas mis fuerzas, lo volví hacia a mi, lo besé y dije:

— No quiero que te corran y te vayas con ella

Él me besó ahora salvajemente y yo le correspondí. Nos detuvimos cuando ambos escuchamos una voz demasiado cercana. Era la voz del profesor de Cívica.

— ¡Profe Sebastián! ¡Qué sorpresa! — él ya estaba en la puerta del salón de clases con una sonrisa de oreja a oreja.

Oh no, pensé. Ahora si que todo estaba arruinado, y todo había sido por mi culpa. Sebastián había quedado helado.

---------------
Doble actualización, baja *-*

Tú eres mío.©Where stories live. Discover now