Capítulo 26

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Quisiera decir que durante el transcurso de la semana hubo alguna clase de drama, pero la verdad es que desde que Lauren había salido de la casa de Camila todos los días habían sido hermosos; Lauren le daba una flor diferente a diario, Camila la toma en sus manos, la apreciaba con total ternura y después le daba a Lauren un beso en los labios con todas esas  cosas que su cabeza no lograba descifrar bien. Y no crean que su semana fue una completa historia de cotidianidad por ese simple acto de amor de la ojiverde a la morena, no... para nada. Su historia era tan buena que se contaba sola, y se creaba cada que el sol salía, cada que los nuevos girasoles bebés de Camila nacían y crecían.

El viernes ya era presente en las tardes soleadas y veraniegas de aquella escuela, Camila camina decidida hacia el salón de Lauren, con su bonito cactus; Lauren se lo dio y le explico que significan protección, que no desearías que le pasaran cosas malas a la persona y que hay pureza en todo su ser, Camila ese día sintió enamorarse más de la ojiverde.
Lauren salió de su salón riendo mientras charlaba con una chica que Camila jamás había visto; en cuanto Lauren vio a su chica, se despidió de la chica con la mano y fue a entrelazar sus dedos con la mano libre de Camila, le dio un beso suave en los labios y listas para partir. Ya en la acera 

-Lolo- Camila llamó su atención 

-Dime, mi amor- le contestó con una sonrisa mientras la veía a los ojos

-¿Comes conmigo hoy?- le hizo un puchero, que derritió a la ojiverde 

-Claro que sí bebé, espero que tu mamá no se enoje por verme tantos días en su casa- Comentó con una risa a Camila 

-Bueno, no creo que la veas hoy- dijo mientras abría su casa -Pasa-

-¿Por qué no?- Preguntó Lauren mientras pasaba 

-Porque mi mamá no está, fue a cuba con mi papá a ver a mi abuela- Camila dejó sus cosas sobre la mesa y fue a la cocina -¿Te gustaría comer pizza?- preguntó alzando la voz 

-Sí, eso estaría muy bien- contestó igual que Camila -Pondré música- 

Comenzó a sonar la lista de reproducción que ambas compartían, con las canciones que se habían dedicado o simplemente les gustaba a ambas, eso hacían cuando estaba solas, escuchaban música que les recordaba que habían encontrado a alguien increíble y con quien sentían podrían compartir su vida sin miedo a caer al vacío.

Camila llamó a la pizzería y pidió dos pizzas grandes, una de peperoni y otra de 4 quesos, después fue a la sala y se sentó junto a Lauren, la abrazó y esta le dio un beso en la frente de forma protectora.

-La pizza llega en medio hora, amor- Camila estaba sumergida en el placer que le causaba el perfume de la ojiverde

-¿Sabes cuánto me gusta que me digas amor? amor- Preguntó Lauren con una sonrisa burlona 

-No ¿Cuánto?- preguntó con la misma sonrisa 

-Muchísimo- Le empezó a dar besos por toda la cara, con audible tronido. Camila sonreía y reía con su característica risa de bebé que traía vuelta loca a Lauren.

Los besos comenzaron a centrarse en sus labios, eran cortos y certeros, pero pronto Camila la tomó del cuello y no la dejó irse del beso, la estaba dominando y eso a auren le encantaba; pronto Camila atrapaba los labios de Lauren en sus dientes, otras veces los lamía un poco y entonces sus lenguas fueron partícipes también. Fue solo cosa de tiempo para que Camila estuviera sobre Lauren, dando besos intensos y que robaban el aliento. Lauren no sabía cómo había llegado ahí, solo sabía que le gustaba y que no iba a detener nada.

El timbre sonó y entonces Lauren maldijo al creador de las pizzas, pero después se arrepintió, ese hombre seguro era maravilloso y merecía todo su respeto.

Camren: Sunflowers Of LoveWhere stories live. Discover now