El lobo y el cordero

Paso a paso

Sentía el coraje en sus venas. Aquella sensación hasta el momento incompleta de sus sentimientos por Derek tenía que satisfacerse.

No lo tenía muy claro, pero estaba empezando a pensar que no era sólo que le gustara. Era más. Oír su nombre o decirlo le hacía sonreír. Además, pensar en él le hacía temblar de emoción.

¿Qué era aquello? Tal vez tendría que empezar a admitir que Derek Hale le volvía loco. Sentía la necesidad de estar con él.

Después de todo tal vez, y sólo tal vez, le quería.

Se suborizó al pensar aquello y se tapó la cara con las manos de vergüenza. Escondiéndose en el pupitre.

-¡Stilinski! -gritó el entrenador, que también les impartía economía. -¡Despierta! -Stiles se destapó la cara. Y dio un brinco del susto. Se le había olvidado que estaba en clase. Unas suaves risitas sonaron de fondo. Era demasiado expresivo.

El entrenador continuó su explicación. Scott se giró hacia él.

-¿Qué ocurre? -preguntó Scott.
-Ah... nada-suspiró. - estaba... pensando.
-¿ En qué ? -susurró.
-Yo... -era su mejor amigo, no podía engañarlo así. Debía decírselo - Scott estoy teniendo relac...
-¡Mcall , Stilinski ! SI-LEN-CIO. -gritó el entrenador golpeando la mesa de su amigo a cada sílaba.

Scott le hizo un gesto para que se lo contase después. Pero no llegaría ese momento. Ya no sería capaz de armarse de valor para soltarlo. Al menos no en un tiempo.

En el descanso para comer Lydia y Allison se sentaron con ellos. Igualmente, le gustaba ver que la pelirroja cada vez era más natural y fingía menos ser alguien que no era. Después de todo, le tenía un cariño especial. Estuvieron hablando del día del baile, de cómo irían y demás. Sonaba bastante bien, le serviría para desconectar un poco.

Al terminar de comer, se ausentó para ir al despacho de Derek. Estaba temblando. No tenía ni idea de como empezar la conversación. Después de todo lo que había hecho con él, hablarle seguía siendo vergonzoso. Y eso era algo que antes no le pasaba, por lo que era fruto de los nuevos sentimientos que tenía hacia él.

Se quedó inmóvil en la puerta con la mano a punto de tocarla. ¿Cómo se lo podía decir? ¿Cómo podía invitarle a tener una cita con él? Antes de que se decidiera, la puerta se abrió.

-¿Qué haces ahí fuera? -dijo Derek, que iba vestido con chaqueta formal y  corbata. Stiles casi se muere al verlo. Bajó la mirada y se sonrojo.
-Yo... -las palabras no salían. ¿Cómo se había dado cuenta? Tal vez su corazón a punto de estallar era la razón.
-Pasa.-dijo de forma seca. La última vez que habían hablado había sido algo tenso todo.

Al pasar, Derek cerró la puerta y se quedó mirando a Stiles.

-¿Qué ocurre? - se sentó en la mesa. - Parece que te va a dar algo -dijo señalando a su pecho.
-Ya bueno... aun me cuesta hablar contigo...
-¿Después de todo? -dijo sonriendo.
-Básicamente me cuesta más por eso.
-Bueno, no voy a comerte. No literalmente. -dijo de forma sarcástica y pícara. Stiles pensó que quería matarlo.
-Cá... cállate. -bajó la mirada sonriendo levemente. Derek obedeció. Suspuso que le tocaba hablar. - Yo... - respiró hondo. - ¿Te gustaría hacer algo esta tarde?
- ¿Quieres venir a mi loft?

-Yo... había pensado en algo... que no fuera sexo.

-Stiles. Ya hemos hablado de esto. -dijo suspirando.

-¡Lo sé! Me gustaría que no fuera tan... frío todo.-se sonrojo.- Ya me entiendes.

-¿Qué es lo que quieres hacer? -dijo cruzandose de brazos.