Capítulo 1 - Asco de persona

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Narración Lali

— Arriba! Abajo! Al centro! Pa' dentro! – gritamos mis amigos y yo.

— Boluda, la noche está increíble! – me dijo entusiasmada mi mejor amiga, Cande.

— Y se va a poner mejor! – dije mirando en dirección a un chico que no me quitaba los ojos.

— Adelante, perra! – gritó Cande guiñándome el ojo y pegándome en el culo.

    Hoy era viernes y estábamos todos en la discoteca, tomando y bailando. Teníamos un grupo de joda que estaban Cande, Gas, Mery, Dylan, Caroline y yo. Éramos todos viejos amigos del colegio, los diferentes caminos que tomamos en la vida no fue motivo para que la vida nos separara. Seguíamos iguales que años atrás. Bueno, yo por lo menos no crecí ningún centímetro más.

    Me acerqué al chico rubio que bailaba en el medio de la discoteca y él me agarró por la cintura, haciendo que mi cuerpo se pegara al de él, mientras bailábamos al ritmo de mi canción favorita, Starboy de The Weeknd.

— Humm... Ni un "Hola que tal"? -  le miré a los ojos mientras él acariciaba mi pelo.

— Hola, que tal? – dijo haciéndome reír.

— Bien, vos? Como te llamas? – pregunté

— Muy bien. – sonrió – Me llamo Tyler, vos?

— Leslie – mentí h él sonrió.

— Por qué tengo la impresión de que ese no es tu nombre verdadero? – dijo mientras cambiaba el ritmo de los pasos ya que ahora tocaba Shape of you de Ed Sheeran.

— Puede ser por que Tyler tampoco sea el tuyo? – dije levantando una ceja y él se rió – No es un nombre común en Argentina.

— No soy común, pero ok, me pillaste. Pero creo que no estás acá para saber mi nombre, o sí? – dijo acercando su boca a mi oído.

— La verdad? – me paré y le miré – No, no estoy acá por tu nombre ni por vos. Estoy acá por esto.- puse mis manos en su cuello y lo besé.

    Él puso su mano en mi cintura y me correspondió. Al momento escuché los gritos de mis amigos.

— Hija de puta! Ganaste otra vez! – gritaba Caroline mientras se reía al lado de Gastón.

— Casi te gano, Lali. Solo me faltaba besar una chica más para no pagar las bebidas! – gritó Gas mientras golpeaba la mesa a la vez.

— Qué? – pregunto "Tyler" – Así que esto es una apuesta de mierda? Quien chapa más no paga?

— Sí, veo que eres muy listo. Mejor que los nueve anteriores. – dije sacando sus manos de mis caderas.

— Me utilizaste para ganar una apuesta?

— Che, que parte del "sí" no entendiste? – dije poniendo los ojos en blanco.

— Qué asco de persona sos! – dramatizó y se fue.

    Volví a la barra con mis amigos sin importarme las mierdas que aquél chico había dicho. Pedí una bebida Sex on the beach para el camarero, mientras lo preparaba mi teléfono tocó por milésima vez. Lo saqué del bolsillo del pantalón y miré la pantalla. Como esperaba, era mi madre..

— Qué pasa? – preguntó Mery.

— La pesada de mi madre otra vez. – contesté mientras cancelaba la llamada.

— Llámala, Lali. Que sepa que estás bien. – me dijo Gastón.

— Pffff ni loca! Se va a poner a gritar y a decir "lo preocupada" que está conmigo. Yá sé nuestras conversaciones de memoria. No le gusta que tenga una vida. Es una amargada!

    Gastón le miró a Cande y ella meneó la cabeza preocupada.

— Mirá, si vais a venir con el sermón otra vez, iros a la mierda! – tomé mi drink de una vez y salí de allí. Escuché que gritaban mi nombre pero no me importé en contestar.

    No quería ir a casa pero no tenía a dónde ir ya que todos mis amigos estaban de fiesta. Intenté entrar en casa sin hacer ruido pero cuando cerré la puerta y me giré, allí estaba mi madre. Llevaba pijama y tenía los ojos llorosos. Mi padre estaba en el sofá mirándome como si ha se hubiera acostumbrado a la situación.

— Mamá – la miré – Ese no es un buen look para ir de fiesta! – me reí, el alcohol me subía a la cabeza, mientras ella me miraba seria.

— Lali, por que te haces esto, hija? Todo los días llegando borracha en casa, no contestas las llamadas... Ya no puedo más.

— A sí? Mira vos... yo tampoco. Eres insoportable!

— No le hables así a tu madre, Mariana! – dijo llamándome por mi nombre y no por ni apodo "Lali" que él me puso. Y el que me gustaba.

— No, si no era solo para ella, era para los dos! – grité mirando en sus ojos.

— Quien sos? – frunció el ceño.

— Ya empezamos con tus dramas. – dije yendo a mi habitación mientras ponía los ojos en blanco. El me siguió.

— Si, ya empezamos! – gritó – No eres la hija que tenía, la que crié. La chica cariñosa, educada y buena. Te has convertido en una persona asquerosa! Desde la muerte de tu hermano estás de mal a peor.

— No hables de Yeyo! – grité pero me falló la voz. Recordar a mi hermano era doloroso. – Saben qué?  Ojalá me hubiera muerto yo en su lugar. Ojalá no fueran mis padres. Ojalá hubiera nacido en otro tiempo, otra época así ya no os tendría que ver más! – y cerré la puerta en sus narices.

Mis padres eran muy controladores y eso me daba muchísima rábia. Corrí al baño de mi habitación y vomité. Tenía alcohol hasta mis venas. Me quité la ropa y me dí una ducha rápida. Cuando volví a la habitación había una mujer muy rúbi sentada en mi cama. Me asusté  y ella sonrió.

— Pasa. No tengas miedo.

    La verdad era que quería encerrarme en el lavabo, ya que no conocía a la mujer y estaba de toalla; pero era como si algo de empujara a pasar.

— Quien sos? – pregunté

— Judith, un placer. – sonrió – Sabes? He visto todo lo que has hecho hoy. Como te fue en la universidad, felicidades por la buena nota. Como usaste a Bruno, que por cierto, era el nombre verdadero de la discoteca y para cerrar con llave de oro, la horrible pelea con tus padres.

— Quien sos, Dios? Para ver y escuchar todo lo que hago? – la miré.

— Nahhh, Dios es bueno.

— El diablo entonces? – abrí mis ojos.

— No! No llego a tanto – sonrió - Digamos que soy una hechicera, bruja, como quieras llamarme.

— Pará... Me estás jodiendo? – me reí – Mamá, papá – grité – Qué broma es esta? Dónde escondieron las camaritas? – dije mirando por mi habitación – Mirá, Bonnie Bennet – dije jodiendo – Me alegro por vos que tengas poderes y blá blá blá, pero podés andarte de mi casa? – dije señalando la puerta.

— Muy original lo de Bonnie Bennet – se rió – Era fan de TVD.

— Sí, claro, quién no lo era? Ahora vete.

Ella fue en dirección a la puerta y luego se giró y me miró.

— Te acuerdas lo ultimo que le dijiste a tus padres? Cuidado con lo que deseas, se puede cumplir.

En Otra ÉpocaWhere stories live. Discover now