Capítulo 4 - Castillo Lanzani

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Narración Lali

Hoy por la mañana Lucía me despertó a los gritos. Dijo que teníamos que ir hoy al castillo Lanzani por que el Conde de Barcelona quiere que sus invitados pasen un lindo día junto a su familia antes del día del baile. Como si fuera poco tener que soportar a gente que no conozco en el baile, tendré que hacerlo desde hoy. Mi infelicidad se puso mayor cuando descubrí que Holland no me acompañaría. "Llevar criados a un baile? Qué tienes en la cabeza, Catarina?" fue lo que respondió Lucía cuando pregunté por Holland. Me dijo que en el castillo Lanzani habrían criados suficientes. Holland hizo mi pequeña maleta y me despedí de ella. La verdad es que quería tener a alguien conmigo, para no estar sola, pero lamentablemente tenía que quedarse.

    El viaje fue largo. El carruaje no era lo más confortable y se puso peor cuando Josep empezó q roncar y a caer en cima mío mientras dormía. También tuve que escuchar Lucía decir que el baile seria una buena oportunidad para presentarme a la sociedad, ya que tenía 22 años y ya tenía que estar casada. Al parecer, en esta edad ya era una solterona. Y que otras chicas también se presentarían. Me parecía una estupidez, pero que le podía hacer?

    Cuando llegamos ya era de noche y había un montón de carruajes "aparcados". El castillo era enorme. En la entrada había un jardín hermoso, lleno de rosas y árboles. Alcé la mirada un poco y pude ver que detrás del castillo había un gran río y más flores.

    Cuando entramos me quedé impresionada. El castillo era aún más glorioso por dentro. Lleno de cuadros de arte, las alfombras que cubrían el suelo era todas con diseños de muy buen gusto. Al parecer, el castillo tenía tres pisos, aunque parecía tener mucho más. Mis "padres" encontraron conocidos y se pusieron a hablar. Yo, como no conocía a nadie me quedé mirando los cuadros y objetos de decoración que me encantaban.

— Ahí estas – dijo una voz conocida detrás de mí – Menos mal que has llegado, esto es tan aburrido! – dijo Eugenia suspirando y me reí.

— Acabo de llegar – respondí – Me alegro de tener una cara conocida aquí! – sonreí.

— Te gustan? – me preguntó al ver que no dejaba de mirar las pinturas de los cuadros.

— Sí, me parecen increíble. – sonreí – Sabes quien los pinta?

— Sí, es de...

— Mira mira pero quién tenemos aquí! – dijo una chica rubia y alta. – Catarina! Cuánto te eché de menos! – dijo dando dos besitos al aire.

Madre mía. Quién es? Dónde está Judith cuando la necesito?

— No te acuerdas de mí? – dijo poniendo las manos en su cadera – Soy Celeste St John, jugábamos cuando éramos pequeñas. Y bueno, después tus padres se deshicieron de ti... - dijo sonriendo.

Entonces esta era la hija de Lady St John? Celeste era alta y rubia. Ojos marrones y piel dorada. Era una de las chicas más bonitas que había visto pero la forma en que dijo que mis padres se deshicieron de mí, o sea, de Catarina, no me gustó mucho. Tenía un aire de superioridad. Ok, era hija de una Lady, pero y qué?

— La verdad que no, no me acuerdo. – dijo sonriendo. – Creo que por que me fui muy pequeña, sabes?

— Puede ser – dijo mirándome de los pies a la cabeza y después a Eugenia – Veo que ya hiciste una amiga... pero podías haber escogido mejor, no a la gitana Eugenia. – se rió.

— Mira, Celeste, por qué no te vas a otro sitio y no nos dejas en paz? – la miré – Te recuerdo que estás en mi casa y puedo echarte cuando quiera! – dijo y la miré, joder vivía aquí?

En Otra ÉpocaWhere stories live. Discover now