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- Largo – y cerró la puerta en la cara del pelirrojo pero este astutamente introdujo el filo de la sombrilla negra e impidió la intención de Lestrade.

- se fue sin dar explicaciones – dijo y notó como la puerta tenía nula resistencia, el inspector le había dejado con la palabra en la boca –investigue más a fondo y fui a su verdadera casa en chicago, fue la dirección que dio para entrar al servicio de la policía ¿Por qué dar el numero de una casa en la que ya no vive? Tan seguro estaba que no marcarían que proporciono un numero falso –

- No fue falso y lárgate, no quiero verte – alego el detective sin mostrar mucha ira. La casa donde se encontraba el detective estaba en un barrio pobre, era vieja, probablemente tenía goteras y no se encontraba en Liverpool ni en Birmingham sino que en Castle Combe un simple pueblito. Greg se adentraba a su casa sin importarle si entraba o no el político.

- No puede estar huyendo por siempre de sus problemas. Vi a sus padres –

Lestrade se detuvo en el umbral del cuarto al que entraba y después negó con la cabeza – cuando uno no quiere ser encontrado es por algo Holmes, deja a mis fantasmas descansar en paz y lárgate de mi casa –

- Tiene los ojos de su padre y su madre es hermosa, idéntica a usted. Le extrañan y no les interesa que ahora sea inspector, quieren verle –

- Pues yo no quiero – Greg desapareció de la vista de Mycroft pero este lo comenzó a seguir, se veía en la imperiosa necesidad de disculparse pero no sabía cómo, entonces se percató que el cano no llevaba camisa puesta solo se encontraba portando sus viejos jeans de mezclilla azules y se dirigía a la cocina. En ella había una hielera de donde Lestrade saco el cartón de leche y empezó a beber sin servirse en un vaso, era muy temprano para el detective y aun tenia estragos de dolor en el hombro quizá eran solo mentales pero de solo ver al pelirrojo le dolía el recuerdo – mira Mycroft, sé que eres un tipo importante de esos que pueden arruinarme la vida con solo chasquear los dedos y que tienen a todas las personas lamiéndole la suela de sus pies, yo era uno de esos – Gregory rio con desprecio - y apuesto que si tú me encontraste pronto lo hará Sherlock y esto será sin lugar a dudas una bonita reunión donde los dos me tomaran como un simple conejillo de indias al que pueden analizar y humillar – Mycroft bajo la mirada arrepentido por lo de la última vez, le dolía la frialdad de las palabras del moreno, quiso decir algo o simplemente excusarse pero el otro continuo hablando y el pelirrojo decidió callar – la verdad no tengo tiempo, ni el dinero y mucho menos las ganas de estar con ustedes y ser el monaguillo para el deleite de los idiotas hermanos Holmes así que – Lestrade sonrió pero en lugar de sentir placer al ver aquella sonrisa de dientes blancos en fila india un escalofríos subió desde su espina vertebral a la cabeza – Ponte cómodo en tu humilde hogar, si no quieres irte pues el que se va soy yo, total lugares para llegar son muchos – Greg había levantado los brazos haciendo ademan de lo extenso que era el mundo pero Holmes pudo notar algo más, algo que le encolerizó el alma.

- Enséñeme su brazo – dijo tajante el pelirrojo después de analizar al detective a no más de cuatro pasos de distancia, sus ojos rojos, el temblor en sus manos, aquel evidente nerviosismo en sus andares y esa tranquilidad innata a pesar del dolor interno como externo detonaron todas las advertencias que existían en el pelirrojo.

- ¿Para qué? – pregunto temeroso el inspector retrocediendo dos pasos largos, dejando la leche en la mesa, escondiendo el brazo derecho tras su espalda en un acto de protección; pero Mycroft Holmes no se anduvo con ambigüedades y se acercó al detective, rápidamente le tomo del brazo con brusquedad y soltó un fuerte gruñido cuando le vio.

Esas marcas que Sherlock muchas veces había portado, que vio un sinfín de veces y que conocía tan bien y de memoria ahora se encontraban en el brazo del inspector.

- Nos vamos a Londres, toma tus cosas Gregory nos largamos – gruño mirando con furia al detective pasando de largo esa mirada temerosa que el otro le dedico

nfdla. No saben el trabajo que me costo llegar hasta aqui, fueron días de trabajo, y bueno :3 ojala lo esten disfrutando :D

Amor ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora