Capítulo Cuarenta y Cuatro

603K 55.3K 40.2K
                                    

CAPÍTULO CUARENTA Y CUATRO


6 de noviembre, 2011.

Mi apartamento nunca se sintió tan triste como ahora.

Es la primera vez que veo a mi hijo tan desolado y se trata de la ausencia de Harry y se cómo hice que sucedieran las cosas. Lo alejé de nosotros.

Estoy en el sofá intentando corregir una historia tras haberme reportado como enferma en el trabajo, lo cual no es mentira, mi tristeza me ha abatido de tal forma que he tenido jaquecas y esa molesta piquiña en mi cuello debido al estrés. Me siento mal emocional y físicamente.

Dan ha pasado los días conmigo, no lo he llevado a la guardería, pero muy bien podría haberlo llevado puesto que lo único que hace es mirar de mí a la puerta, como si esperara que Harry entrara en algún momento, yo también lo hago aun cuando lo aleje.

Escucho algo ser arrastrado, me asomo y encuentro a Dan arrastrando su pequeña silla azul de dinosaurios con una mano mientras la otra sostiene su jugo de manzana, él ni siquiera me mira mientras deja la silla frente a la puerta, se sienta y permanece con la vista en la puerta mientras toma de su jugo.

Quiero llorar.

No sé nada de Harry, no sé qué está pensando, no sé cómo está y eso me está matando.

—Dan bebé, dime algo.

Se voltea y me mira y frunce el ceño bebiendo de su jugo. Estoy impresionada de que la mirada de un niño de tres años este intimidándome de este modo, pero no es cualquier niño, es mi hijo.

—¿Papi azul? —me pregunta señalando hacia la puerta.

—No, bebé.

Gira de nuevo hacia la puerta y continúa esperando a Harry, y eso solo hace que rompa a llorar.

Sollozo en tanto me cubro el rostro con las manos, esto es demasiado, soy un desastre. Nunca he sido buena en tomar decisiones, claramente tratar a Harry de ese modo tras lo dulce y amoroso que él había sido no era lo indicado y estoy viendo las consecuencias porque ahora además mi hijo parece no soportarme.

Lloro por largos minutos y entonces siento unas pequeñas manos sobre las mías y cuando las retiro, encuentro a mi bebé mirándome con ojos humedecidos y un puchero.

—Lo siento, cariño —digo en medio de un respiro llorando—. No sé porque lo aleje, lo siento.

Dan solo enreda sus brazos en mi cuello y su cabeza se esconde en la curva de mi cuello mientras respira hondo.

—Quelo a papi azul —lloriquea—. Lo amu. Papi azul ven.

Su llanto crece mientras llama a Harry y me dice que lo quiere, me rompe el corazón mientras lloro con él y lo mantengo envuelto en mis brazos.

—Lo siento —Le hago saber.

—¡Papi azul ven! —llora más fuerte—. Mi papi azul, lo quelo aquí ¡Papi azul!

Me permito seguir llorando porque a pesar de que no me hace sentir mejor, me deja dejar salir toda la frustración que siento.

Cierro los ojos con fuerza ante esa acidez en mi estómago, mis emociones y la manera en la que Dan se siente.

No se cuánto tiempo permanecemos de ese modo, solo que en algún momento mi teléfono suena y por alguna tonta razón tengo la esperanza que se trate de Harry aun cuando él dejo en claro que no iba a hacer ningún movimiento hacia mí, lo dejó todo en mis inútiles manos.

H de Harry (BG.5 libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora