TaeHyung volvió a repetir la frase como si fuera la primera vez que la decía en el día. A JungKook eso lo estaba molestando un poco, ya que de vez en cuando se asemejaba mucho más a una burla.
—Ya basta, Tae.— dijo Kook, llegando a sonar como una súplica, al tanto que volvía a hundir su cabeza en la almohada de su cama. —Me avergüenza, mh.
—Lo siento mucho.— se disculpó inmediatamente el castaño sentándose al lado de su amigo, tratando de remediar el pequeño malestar que provocó. —Es que fue realmente bonito. Se parecían a dos protagonistas de una novela de romance, ¿sabes? ¡Oh! Como los protagonistas de un anime romántico, eso sí.
—Te escuchas como una chica.— se carcajeó JungKook al ver como su compañero recordaba con tanto entusiasmo la tarde de aquel día.
No puedo creer que fuera hermana de HoSeok.
Así es, JungKook no tenía idea alguna de que SoBin era pariente de HoSeok, siempre había pensando y creído que ellos dos tenían una amistad o algo así. Nunca hubiera imaginando que ese par compartían los mismos genes. Si no hasta ese día, y desde ese día había pasado exactamente una semana después del encuentro con SoBin, luego de eso no sucedió nada más importante como lo hubieran querido ambos, o como lo hubiera querido TaeHyung, que era el más emocionado por ver cómo evolucionaría esa coincidencia entre aquellos muchachos. Es por eso que siempre intentaba juntarlos de un modo u otro, pero ninguno de los dos cedía por culpa de su inocente timidez.
Fueron varios días en los que JungKook le preguntaba a HoSeok sobre Bin. Toda clase de cosas, pues quería saber de ella. Su color favorito, sus pasatiempos, sus comidas preferidas, la música que escuchaba, los programas que veía. Todo. Quería saber de ella en su totalidad. SoBin hacía lo mismo, cada vez que HoSeok llegaba a casa su hermanita lo bombardeaba con preguntas acerca de Kookie. ¿Qué le gustaba? ¿Qué no le parecía? ¿Qué deseaba? ¿Tenía intereses raros o comunes? Interrogaciones varias recibió Hobi.
Y todas las contestó, porque él, de la misma forma que TaeHyung, sabía que entre ese par acontecería algo más que una sencilla amistad. O al menos así lo presentía desde que se toparon.
—Hey, Tae.
Jeon miró a su amigo, fijamente.
—¿Qué quieres, Kook?— respondió el castaño.
—No sé qué me pasa.
—Por supuesto que no lo sabes, eres un bebé, no tienes idea aún del amor y esas cosas. Pero no te preocupes, aquí estoy yo para aconsejarte. Seré como tu padre, así que podrás confiar plenamente en mí y decirme todo lo que sientas por ella, te prestaré mi hombro para que pue-...
—No me refiero a eso.— Kook intentó frenar a su efusivo amigo. Tae solía ir muy en serio cuando se trataba de fingir el papel de un padre, así que para evitarse el tener que soportar eso decidió ponerle fin antes de que fuera más lejos. —Quiero decir, confío en ti y quiero decírtelo, pero también me gustaría ahorrarme el que actúes como mi padre, hyung.
Tae supo que iba muy en serio cuando al dirigirse a él lo hizo como un auténtico pequeño llamándole por el hyung. Kookie no solía utilizarlo mucho, de hecho, no lo ocupaba. Pero si lo hacía cuando el tema era de suma importancia.
—¿Qué sucede, Kook?
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
—SoBin es muy linda, me hace sentir extraño, pero se siente muy bien.— Dijo el menor, con una sonrisa plasmada en sus labios. Pero tan prontamente como esa sonrisa apareció, se esfumó. —Pero luego esta Bi, también es muy linda y me hace sentir bien.
Entonces TaeHyung comprendió por lo que pasaba su indefenso amigo.
JungKook se hallaba atrapado en un lío amoroso. Entre dos chicas, siendo protagonista de un complicado triángulo amoroso.
—Pero, Kook, sabes que Bi no está dentro de tu alcance por varias razones, deber-...
—No me pidas que la olvide, hyung. Eso no.— los ojos de Jeon parecieron humedecerse por una fracción de segundos, también los sentía picosos.
El castaño suspiró. Ya que hace mucho habían tenido una charla de este estilo, por el mismo problema.
—¿Quieres mucho a Bi?
—Mucho.— respondió Kookie.
—¿Y a SoBin?— preguntó Tae.
—Yo... No lo sé.
—Ay, JungKook. ¿Qué haré contigo ahora? Antes sólo te interesaban los videojuegos, ¿cómo fue que deciste agarrar las riendas amorosas, eh?
