Un "Gato" que odia los dulces...

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—¡Ni se te ocurra pasarme a nadie! Para el que te pregunte "no estoy", me fui y regreso mañana. Sólo quiero estar a solas un buen rato y me pondré a revisar el trabajo pendiente.

—¿En los asuntos de la boda?

—Debería darte un bono por "pitonisa". Juro que te daré un buen incentivo si logras convencer a mi novia que no sirvo para esto de "ver mantelería" o "escoger que vino se va a servir en la recepción"; ¡es un fastidio! ¡Como si yo no tuviera asuntos importantes que atender!

—¿Y porque no contrata a un planeador de bodas? Mi prima contrató uno y de lo que único que se preocupó fue de verse bien en las fotos.

—¡Porque a ella le gusta complicarse la vida y complicármela a mí! ¿Sabes que quiere que tome "clases de baile"? ¡La idea más estúpida que pudo haberle pasado por la cabeza a esa mujer!

—¡Ah! ¡Hablando de eso! Me acaba de enviar este mensaje...

La asistente de Liam Manson le acercó el teléfono y este suspiró fastidiado al leer lo que su novia le había escrito:

«Judith, hazme el favor y búscale a Liam un curso o taller de baile. Él no lo va hacer por su cuenta, pero TIENE que aprender a bailar para nuestra boda. Inscríbelo y yo me asegurare de que vaya a esas clases.»

—¡No me jodas! ¡No voy a tomar una mierda de clases de baile! —Liam le devolvió furioso el teléfono a su asistente.

—¿Está claro que ella le va a obstinar la vida hasta que lo haga? Yo como usted accedería a hacerlo.

—¿Estás loca? ¡No tiempo ni ganas para esas tonterías!

—¡Escúcheme! Yo lo inscribiré en una clase de baile, en algún sitio cercano, quizás tres noches a la semana. Y usted va uno que otro día y luego no va más...pero le dice a su novia que está asistiendo y yo le confirmaré eso. ¡Ella se quedará tranquila! Y usted tendrá tres noches libres por semana para hacer lo que quiera, mientras ella piensa que está viendo clases de baile.

—¡Por Dios! ¡Esa es una gran idea! Judith, realmente me has salvado el pellejo...

—¡Para eso soy su asistente! Y podría hacer otras cosas por usted si necesita algo de ayuda con su novia.

—Por ahora, salgamos de este problema. Inscríbeme en las benditas clases esas. ¡Si es hoy mismo mejor! Puedo ir, ver todo y luego quizás me vaya a beber algo por allí y me pierda con esa excusa.

—Bien. Lo haré ahora mismo. Es más, creo que sé en donde inscribirlo. Mi mamá va a unas clases de bailoterapia con una amiga en un gimnasio cerca de aquí. Llamaré a ese a ver si hay clases de baile.

—¿Qué edad tiene tu madre?

—Cincuenta y seis años. ¿Por qué?

—¡Oh mi Dios! Me tocará bailar con puras viejas feas y mujeres gordas, ya me lo imaginé todo...

—Sólo debe asistir un par de clases al mes, eso será suficiente.

—¡Sólo iré hoy! ¡Y es más que suficiente! De allí en adelante tú te encargas de lo demás. ¿Entendiste?

La chica asintió con la cabeza y salió del despacho de su malhumorado jefe. Judith era una joven muy talentosa y sobre todas las cosas era fría y calculadora, sabía sobrellevar ese carácter tan insoportable del joven ejecutivo y pensaba que eso en algún momento le sería de gran ventaja para su propio beneficio.

***

—¡Zachary! ¿Crees que a mamá le gustará este pastel? No sé cuál elegir...

—¡Sólo escoge uno de esos y ya! ¡No pienso perder todo el día aquí metido! No me gustan los dulces, creo que tengo el estómago revuelto de ver tantos a mí alrededor...

"Café con Leche"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora