De Civil War a Infinity War

¡¿Me Extrañaron?!

Para Anthony Stark, había pasado una semana desde aquella primera visita en el hospital. Su rostro estaba menos inflamado, el color regresó a sus mejillas y habían retirado al fin el respirador, junto con los medicamentos que lo mantenían en el coma; sin embargo, aún no había despertado.

―Stephen, ¿cuánto más va a seguir así?

El hechicero alzó la vista hacia Pepper y se encogió de hombros sin entrar en detalles, sabiendo que, en el peor de los casos podría no despertar nunca y se negaba a verbalizar algo así.

Un sollozo escapó de sus labios, sobrepasada por las emociones entremezcladas dentro de sí.

―¿Esas lágrimas son por tu jefe?

―¡¿Tony?! ―Llamó la pelirroja con voz ahogada. Limpió sus mejillas con rapidez y tomó la mano del castaño. ―¡Gracias a Dios!

―Ya era hora Stark. ―Reclamó Stephen con una sonrisa ladeada.

El genio frunció ligeramente el ceño, confundido por el entorno y la situación frente a sí.

―Tony, estás en Metro-General Hospital. ¿Recuerdas lo que pasó?

―No. ―Confesó despacio. Una mueca de dolor asomó en el rostro, cuando trató de moverse. ―Me duele la cabeza.

El hechicero achicó la mirada ante la respuesta y tomó su celular, para enviar un mensaje rápido.

―No te muevas mucho. Estas operado en el abdomen, tienes el brazo izquierdo quebrado y has pasado unos días en coma. ―Le informó Potts.

Los ojos cafés se abrieron con asombro. Forzó su mente a hacer memoria, pero solo encontró un torbellino de imágenes inconexas; Peter en el taller, Bruce, Stephen y Rhodey riendo con él en la cocina; una chica verde con una casetera y Quill mirándola a lo lejos, Carol con Hope entrenando en el ring; Steve bajo el árbol con su cuaderno de dibujo abierto.

―¡Auch! ―Se quejó, ante el nuevo estallido de dolor y carraspeó al sentir la garganta seca.

―¿Quieres un poco de agua? ―Indagó la pelirroja. ―¿Dónde está la doctora? ―Cuestionó mirando al hechicero.

―Ya viene.

Pepper giró de nuevo hacia el millonario y lo encontró con los ojos cerrados.

―¿Tony? ―Preguntó preocupada.

―Sigo aquí. ―Murmuró.

―Buenos días señor Stark. ―Saludó Palmer al entrar a la habitación. ―Supongo que tiene sed. ―Continuó la chica, acercándose con una bandeja, donde llevaba un vaso y una jarra de agua con hielos.

―Pepper. ―Habló Stephen en ese momento. ―Van a tener que hacerle algunos estudios, ve con los demás un rato, te llamaré apenas finalicemos.

Asintiendo, Potts salió caminando a paso rápido hacia la sala de espera. Rhodes, Bruce, Natasha y Steve al verla llegar tan agitada se pusieron en pie rápidamente.

―Pep, ¿qué sucede?

―Se ha despertado. ―Comunicó, siendo abrazada por el moreno.

―¿Y cómo está? ―Intervino Rogers.

―Bromea, tenía sed. Está un poco confuso y no recuerda lo sucedido.

―Es comprensible ―, acotó Banner ―fue un trauma bastante fuerte y estuvo en coma. Aunque yo apostaría a que será más difícil lo que viene a continuación.

Nat sonrió con picardía.

―No quiero pensar en eso en este momento. ―Dijo Pepper suspirando.