Capítulo 7 [Mabel]

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—¡Tíos, es verdad! ¡Bill se casó con un cadáver! Es verdad, ¡lo vi! —decía Mabel, mientras iba de un lado a otro—. Y no cualquier cadáver, ¡era Dipper! Estuvo justo aquí y...
—¿Estuvo en tu habitación? —la interrumpió Ford, escandalizado.
—Pero tío, es verdad.
—Ugh, que escándalo... —gruñó Ford.
Wendy se adelantó y con una sonrisa comprensiva tomó a Mabel de los hombros suavemente.
—Mabel, estás temblando, te traeré una frazada.
—Tráele una camisa de fuerza, se volvió loca —refunfuñó Ford, antes de salir de la habitación.
Wendy lo siguió poco después y entonces Ford cerró la habitación desde fuera con llave.
Mabel retrocedió unos pasos, algo indignada y dolida de que su tío no le creyera y entonces recordó algo. La ventana.
Corrió a la ventana e intentó abrirla, esta cedió al segundo intento y pese a la lluvia de afuera se decidió a salir al balcón; si sus tíos no la dejaban salir por la puerta delantera entonces tendría que escapar de algún otro modo.
Mabel tomó una gran y gruesa sábana y la tiró por el balcón luego de amarrarla a un lugar firme. Comenzó a bajar, pero la sábana se rasgó cuando ella estaba a un metro y medio del suelo.
Tuvo la mala suerte de que su tío Stan estaba frente a la ventana en ese momento, y que su tío Ford le había dicho que fuera a acostarse ya entre gritos, cosa que su tío Stan obedeció.
Finalmente, cuando la sábana se rasgó, Mabel cayó de pie, sana y salva frente a la ventana y con el trozo de sábana rasgada usada como capucha.
Con una sonrisa victoriosa, se aseguró de cubrirse el rostro y caminó al primer lugar que se le ocurrió. La iglesia, donde estaría seguramente el pastor McGucket, quizás el podría decirle un poco más sobre el echo de que al parecer su prometido ahora estaba casado con un cadáver que era, de echo, su difunto hermano.
Y Mabel que pensaba sería la primera en casarse... estaba feliz de ver a su hermano de nuevo, y de verlo feliz al lado de alguien, pero quería saber más sobre eso, y si alguien podría llegar a saberlo era el pastor.
—¿Señorita Pines? ¿Qué hace aquí? Debería estar en casa —dijo el pastor McGucket una vez abrió la gran puerta de la iglesia y vio a una despeinada y mojada Mabel ahí.
—Necesito preguntarle algo.
—No es un bien momento...
—Por favor, se lo suplico —Mabel lo detuvo de cerrar la puerta y terminó por entrar en la iglesia—. Usted es el único que sabe lo que hay más allá de la muerte.
—Ese no es un tema para una futura novia...
—Debo saberlo... ¿puede un vivo casarse con un muerto? —en el momento en que Mabel dijo eso, un trueno retumbó en el lugar.
—¿Qué tonterías está usted hablando?
—Bill, se casó con el cadáver de mi hermano...
—Me parece que se que hay que hacer, venga conmigo —el pastor le indicó que la siguiera y después, al reconocer Mabel el rumbo, intentó huir, más el pastor la tomó del brazo y se lo impidió.

La puerta de la mansión Pines se abrió, viendo con estupefacción como el pastor McGucket sostenía de los hombros a Mabel mientras esta se removía, los tíos de esta decidieron escuchar porque el pastor llegaba de repente y con Mabel.
—Está hablando incongruencias sobre uniones profanas, temo que ha perdido la razón.
—¡No es verdad! ¡Suelteme!
El pastor la soltó y entonces Ford la obligó a entrar a la mansión.
—Gracias —el pastor asintió y Ford cerró la puerta—. ¡Wendy, llévala a su habitación!
Wendy se acercó y le hizo una seña a Soos para que la ayudase, este asintió y la ayudó a prácticamente arrastrar a Mabel de regreso a la habitación, mientras esta seguía gritando que no estaba loca.
—Cubran puertas y ventanas, que no escape otra vez —ordenó Ford, y después soltó un suspiro—. Esta mortificación nunca terminará...
Gideon Gleeful, oculto detrás de una columna, sonrió.
—Tendremos que seguir el plan, aún sin ese muchacho —Stan, parado frente al fuego, se arregló el saco.
—Que ese muchacho —Lord Gleeful salió de su escondite— haya rechazado a una joven como Mabel es algo inconcebible. Si yo tuviera a una mujer como Mabel a mi lado la colmaría con las riquezas que se merece una reina.
—Su esposa debe ser una gran afortunada —Ford lo miró.
—No, no estoy casado. Me comprometí una vez, pero la tragedia llegó antes de la boda... y cuando se está sólo, la riqueza no interesa.
Ford y Stan intercambiaron miradas.

Mabel trató y trató de abrir la puerta, pero no lo logró. Entonces sus tíos entraron por esta, así que Mabel escondió el trozo de hierro que utilizaba para tratar de romper la cerradura detrás de ella.
—Tenemos grandes noticias.
—Tienes un mes para sacarte esas locuras de la cabeza —dijo Ford—. La boda se hará, y debes de estar en tus cabales para Lord Gleeful.
Mabel tiró la barra de hierro que sostenía de la impresión.
—¿¡Lord Gleeful!?
—Él será un buen marido.
—Sí —Stan la miró—, tuvimos una propuesta muy atractiva.
—Pero...
—Pero nada.
—O te casas con él, o nos quedamos en la calle y sin un centavo. No hay otra opción —Dijo Stan.
—Pero...
—Dije que nada de peros, Mabel.
—Te casarás en un mes —zanjó el tema Stan, antes de salir del cuarto junto a Ford y volver a cerrar la puerta con llave.
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Como soy muy creativa, ya tengo lista la siguiente historia que haré cuando acabe esta xD así que ya saben, no se depriman, que cuando acabe esta tendrán más Billdip de mi parte.

El cadáver del novio [BillDip]Where stories live. Discover now