Capítulo Cuatro: "Sorpresas"

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Entré y me llevé una desagradable sorpresa, pues solo habían encapuchados por
todas partes y guardias únicamente en el piso. Todos me miraron y me apuntaron
con sus respectivos catalizadores, todos dijeron palabras distintas, pero miles de
distintos proyectiles se dirigían hacia mí, a lo que yo alcé mi orbe y grité:
- ¡Escudo mágico! -Y una barrera de luz dorada apareció en frente mío, haciendo
explotar todos los proyectiles, luego dije- “Azote de fuego” -Creando un látigo ígneo
que quemaba a todo el que lo tocase.
-El muchacho es fuerte, Perdición lo querrá vivo, evitad dañarlo… Severamente. -
Dijo un hombre con un dibujo en el pecho purpura, de una calavera partida a la
mitad.
-Sí, Dolor. -Dijo el resto de sus plebeyos.
Tras escuchar esto, sólo una persona se me vino a mi mente. Desconocía el
paradero de Ádoril, y cada vez me atormentaba pensar en ello. Pero tenía que
acabar con los secuaces de Dolor para pasar. Me volvieron a lanzar oleadas de
proyectiles, pero mi escudo seguía aguantando, aunque cada vez estaba más
cansado. Logré sobrevivir así varios minutos, hasta que caí y mi escudo se volvía
cada vez más borroso. Todos los vasallos me rodearon, y me agarraron de mis
extremidades, pese a que forcejeaba con ellos. Estaba perdido, no había salvación,
pensé, pero una voz interna me dijo: “Explosión mágica”. No lo pensé dos veces y
grité “Explosión mágica” haciendo que mi orbe generase una onda de energía azul,
haciendo volar a cada ser que se viera en su radio.
Me levanté más fuerte y vi el caos que generé en el fortín. Todo estaba roto y en el
piso, incluyendo los seguidores de Dolor. Aunque éste estaba en el piso, todavía
respiraba, algo adolorido y con sangre en la cara.
-Eres bueno, hijo. -Dijo riéndose
- ¡No soy tú hijo! -Le grité
-Bueno, entonces, si no lo quieres aceptar, le eres inútil a Perdición. -Dijo y se llevó
la mano a la cara, quitándose la piel, que no sangraba, más bien parecía tela y
mostrándome su verdadera huesuda y rocambolesca cara, la de un liche. -No creí
que fuera necesario transformarme, pero aquí me tienes. Disfrutaras el honor de
morir en mis manos.
-Retrocedí- Y para mí será un gusto enorme matarte. -Y le apunte con mi dedo
índice.
Él levanto su báculo de ébano y disparó un cráneo verde en llamas hacia mí. Yo
convoqué mi gran escudo, pero cuando éste impacto, lo destruyo en mil pedazos,
pero lo logró bloquear. Mi yo interno me daba palabras, que sin dudarlo ocupaba en
   mis conjuros. Desconocía quien era, pero lo más probable es que fuera una de mis
“yo”, o más bien llamado “almas”. Hechizos como “Bola ígnea” o “Explosión de
fuego” eran comunes. Había logrado mantenerlo a raya, pero él me superaba con
creces. Al final, me tuvo a sus pies y listo para acabar conmigo.
-Eres fuerte, lograste dar una buena batalla, pero me aburrí ya de ti, ahora, déjame
matar… -Se calló en secó y gritó de dolor, luego miré que había sido atravesado
con una espada en el abdomen.
-Nadie tocará a Griffith en mi guardia. -Dijo una voz muy familiar.
-Como podéis dañarme con una espada, ya que los liches somos inmunes a los
ataques físicos.
-Tú lo habéis dicho, sois inmunes a los ataques normales, pero no a las hojas
mágicas. -Dijo Ádoril y removió su espada con fuerza del cuerpo del liche- Griffith,
Dolor es la mano derecha de Perdición, no estás a su altura, yo lo entretendré, tú
huye a Kervin, la ciudad gemela de Kerval. -Dijo a regañadientes- Y no, no protestes
-Anunció leyéndome la mente y dirigiendo otra puñalada trapera a Dolor, haciendo
que chille de dolor- Además, toma esto. -Saco una mano de la espada y extrajo un
papel de su bolsillo y me lo dio.
- ¿Sabes Ádoril? Fue un gusto entrenarme a tu lado. Hazme el favor de matar a
Dolor.
-Y tú hazme el favor de matar a Perdicio… -Paro y salió volando por la sala, debido
a que recibió en el pecho una fuerte esfera ígnea en forma de cráneo- ¡Corre! -Dijo,
afligido de dolor.
Perdiendo el control de mis piernas y siguiendo las palabras de Ádoril, Salí a toda
prisa del fortín y me subí a “Honor”, cabalgué esquivando todos los ataques que me
arrojaban, escuchando las explosiones que se oían provenientes del conflicto entre
Dolor y Ádoril. Logré cruzar la puerta este de Kerval y me dirigí a Kervin, con un
único objetivo, matar a Perdición. Cuando me Alejé lo suficiente de Kerval, abrí la
hoja de papel que me entregó Ádoril, en la que decía “Busca al mago Rodrick, dile
que yo te envié, pídele que te entrene y que anuncie que la guerra ha vuelto a
empezar.”.

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⏰ Last updated: May 02, 2017 ⏰

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Magia oscura "Cenizas de Guerra"Where stories live. Discover now