Capítulo 22: Sueños extraños

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Crónicas del tiempo

16 de Abril 2016

George Stain después de haber sido engañado y abandonado en el extraño 2011 comenzó a adaptarse y buscar la manera de salir adelante, utilizó sus conocimientos y no tardó en conseguir dinero, de esta manera compró un "laboratorio" para tratar de recrear la máquina del tiempo, pues tenía que vengarse de Roger de Vighers, sin embargo después de varios años se dio cuenta que hacer una máquina del tiempo tal como la original era imposible.

Asi decidió buscar otra solución, localizar la máquina que Roger de Vighers escondió en 1839 y que llevaba 177 años oculta en algún lugar. Buscó los antiguos escritos de la familia de Vighers y en los registros de Roger había un extraño acertijo que logró descifrar y llegar hasta el lugar en donde se encontraba la máquina, una antigua bóveda enterrada en una vieja casa de campo que perteneció a la familia de Vighers hasta que en 1867 fue vendida por los descendientes de la familia que desconocían la existencia de la máquina.

Motivado por la venganza, reparó la máquina que se había deteriorado con el tiempo, tomó sus atuendos de 1839 y viajando al pasado se reunió con su gente y planeó el asesinato de Roger de Vighers, con ayuda de un conocido doctor de la época que aceptó la malvada propuesta a cambio de unas cuantas libras.

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Noche de 21 marzo de 1839

George Stain se introdujo en la mansión de Vighers y con los ojos llenos de ira y odio miró las habitaciones de Roger de Vighers y su esposa Eline; abrió la puerta lentamente para no despertarlos, preparó una inyección que había traído del futuro y levantando en alto la inyección para verla con la luz de la luna, la golpeó ligeramente, tomo el brazo de Roger e inyectó la mortífera sustancia en su sangre, causando que este se despertara, Stein solo huyó como siempre, tomó su máquina del tiempo y con una enorme satisfacción volvió al 2016, pues había hecho su vida ahí...

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—Creo que yo soy Alice de Hamilton. — repitió Giselle a Robert de Hamilton, que ante su repentina respuesta se quedó un momento congelado, después bebió un sorbo de vino y aclarando su garganta solo dijo

—Sabía que no me engañarías hermanita — y extendiendo la llave se la proporcionó a Giselle que en ese momento se encontraba confundida, pues no sabía lo que le estaba ocurriendo dentro de sí, tenía muchas dudas, no sabía si lo que acababa de decir era verdad. Ella solo quería confirmar sus sospechas. Ella, sólo acepto la llave con sus manos temblorosas y antes de que Robert respondiera o empezara con una lluvia de preguntas, el duque de Hamilton se acercó a ellos invitándolos a bailar, pues era el momento del baile de los jóvenes. En ese instante Giselle Andrew lo único que quería era estar sola, aclarar su mente o por lo menos llegar a la mansión para poder leer el diario, sin embargo no podía rechazar la oferta del duque, por lo que ocultando la llave en su vestido, se dirigió a la pista junto con los demás jóvenes alentados por el duque.

Por lo que Agnés, Robert, Violett, Jean, Giselle y otros jóvenes nobles, fueron obligados a bailar por toda la gente mayor. En la pista, las damas se colocaron en una hilera y a continuación los caballeros se posicionaron frente a las damas, tanto Jean, como Robert tuvieron que verse en la obligación de bailar con sus "prometidas" y Agnés deseosa de conocer a algún caballero se colocó a un lado de Giselle un poco nerviosa, y a continuación el hijo del conde Lubersac se dirigió a ella, pidiendo le concediera el baile.

Una vez hecho el saludo, la música comenzó a sonar, Giselle sabía que debía moverse, pero ella se encontraba ensimismada en sus pensamientos y Jean lo había notado.

Sueño a Flor de TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora