Cita Merodeadora

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El día de la vista disciplinaria de Harry llego más rápido de lo que cualquiera de la Orden esperaba. Ese día Harry se paró muy temprano y se fue con el Sr. Weasley sin decirle nada a sus amigos; cuando los chicos comenzaron a bajar a desayunar, lo primero que hicieron fue preguntar por Harry. La Sra. Weasley y Sirius les dijeron que ya se había ido, los hermanos Weasley y Hermione se molestaron porque querían despedirse del azabache y desearle suerte antes de que se fuera.

Lo que pasaba del día —antes de que regresarán Harry y el Sr. Weasley— siguieron con la limpieza. Alex más de una vez se dio cuenta de la inquietud de Sirius respecto a la vista, entonces se le vino un pensamiento loco a la cabeza ¿Y si Sirius quería que Harry perdiera para de ese modo tenerlo siempre junto a él? Movió la cabeza y siguió con la limpieza ¿cómo se le pudo ocurrir algo tan tonto? Obviamente Sirius no querría que Harry perdiera su educación mágica; pero en parte estaba de acuerdo con la Sra. Weasley sobre un punto: Algunas veces parecía como si el animago viera a su mejor amigo otra vez a través de su hijo.

—Alex, querida ¿estas bien?

—Sí, Sra. Weasley

—¿Segura?

Alex sólo asintió y siguió limpiando.

Al medio día, Harry y el Sr. Weasley regresaron y les dieron la buena noticia.

—¡Lo sabía!- chilló Ron, dando un puñetazo al aire.— ¡Siempre te sales con la tuya!

—Estaban obligados a retirar los cargos— dijo Hermione, que había mirado con ansiedad cuando Harry había entrado en la cocina y ahora suspendía una mano temblorosa frente a sus ojos—, no había ningún caso contra ti, absolutamente ninguno.

—Todo el mundo parece bastante aliviado, sin embargo, considerando que todos sabían que saldría de esta —dijo Harry, sonriendo.

La señora Weasley se secaba los ojos en su delantal, y Fred, George y Ginny bailaban una especie de danza de guerra mientras entonaban un canto que decía "se ha librado, se ha librado, se ha librado..."

—¡Es suficiente! ¡Cálmense!— gritó el señor Weasley, aunque estaba sonriendo.— Escucha, Sirius, Lucius Malfoy estaba en el Ministerio...

—¿Qué?— dijo Sirius bruscamente.

—Si, lo vimos hablando con Fudge en el noveno piso, luego subieron juntos a su oficina. Dumbledore debería saberlo.

—Absolutamente— dijo Sirius.— Le diremos, no te preocupes.

—Bueno, será mejor que me vaya. Hay un baño regurguitante esperando por mi en Bethnal Green. Molly, llegaré tarde, voy a cubrir a Tonks, pero Kingsley va a caer por aquí para la cena...

Prepararon todo para la cena, de pronto Alex sintió un dolor en la parte izquierda de su cara y vio que Harry se llevaba las manos a la frente, entonces comprendió que se debía a Voldemort. Ni ella ni Harry se dieron cuenta que cierto merodeador de ojos grises se les quedaba viendo, pero más a Alex.

Todavía se podía percibir la alegría por la salvada de Harry en el ministerio... Bueno, no todos. Desde la vista disciplinaria, Sirius se mostraba muy serió y malhumorado y se la pasaba casi todo el día encerrado en el dormitorio de su madre con el hipogrifo Buckbeak. Harry lo noto y comenzó a sentirse mal por eso.

—¡No te sientas culpable!— dijo Hermione severamente, luego de que Harry les confiara algunos de sus sentimientos a ella, a Alex y a Ron, mientras fregaban un armario enmohecido en el tercer piso unos días después—. Perteneces a Hogwarts y Sirius lo sabe. Personalmente, pienso que está siendo egoísta.

—Eso es un poco duro, Hermione —dijo Ron, frunciendo el ceño mientras trataba de limpiarse un poco de moho que se había pegado en el dedo—. Tu no querrías quedarte encerrada en esta casa sin ninguna compañía.

La Serpiente se enamoró de la LeonaWhere stories live. Discover now