La Mansión Malfoy

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Marzo llegó con un clima más tranquilo y cálido que el que estuvo haciendo por meses, pero eso no daba un buen augurio, sino que todos estaban alerta ante cualquier anomalía. Los dementores seguían rondando por toda Gran Bretaña, los magos y brujas se defendían a sol y sombra de ellos, incluso los magos que tenían muggles como amigos y vecinos los protegían sin que ellos se dieran cuenta.

Sin embargo, algunas ciudades estaban tranquilas y otras les iban peor, por suerte en la ciudad donde estaba la casa de Severus estaba tranquila, sin dementores merodeando, pero todavía con preocupación de que algo malo pueda llegar a pasar. Dejando de lado las malas noticias...

Alex y Xóchitl estaban en la sala se la casa de Severus planeando la boda y bautizo de Eileen. El pocionista quiso llevarse consigo a su familia, pero las cosas en Hogwarts estaban peor que nunca y todo gracias a los Carrow, por lo que desechó la idea y colocó más hechizos protectores que de costumbre sobre la casa y todas las noches regresaba a casa a estar con su familia.

Aunque pensaba que no era momento de planear su boda con Alex y el bautizo de Eileen, le agradaba que al menos su pequeña se distrajera un poco con eso, y más teniendo de vez en cuando la visita de Narcisa, quien le ayudaba con ideas y sugerencias. Le agradaba —pero también le parecía extraño— que en poco tiempo logrará llevarse bien con la Sra. Malfoy. Severus creyó que el tema de su familia solamente lo sabía —por desgracia— Lucius, Bellatrix y Colagusano, pero una visita a su despacho dos semanas después del nacimiento de Eileen le hizo cambiar de idea.

—Adelante —indicó Severus, sin apartar la mirada de los papeles que estaba revisando

Escuchó abrirse la puerta, pero no vio al visitante sino hasta que reconoció su voz.

—Buenas tardes, profesor

—Draco —saludó Severus. Dejó su pluma a un lado y le prestó más atención a su visitante—. ¿Qué te trae por aquí? —hizo un gesto con la mano para indicarle al rubio que se sentara.

Draco lo hizo a la vez que le sonreía a Severus, quien no comprendió el gesto del joven.

—Solamente quise... venir a saludar al nuevo padre

Severus abrió los ojos con asombro al escuchar la declaración del rubio.

«¿Cómo...?»

Draco logró comprender la pregunta silenciosa que su ex Jefe de Casa le hizo.

—Recuerde que la semana pasada fue la visita a Hogsmeade, mi madre fue a verme. Nos reunimos en un lugar donde sabíamos que nadie podría molestarnos... y fue cuando me contó todo.

Severus suspiró tranquilamente al escuchar eso. Narcisa se había ganado la confianza del actual director gracias a la ayuda que se daban mutuamente, pero todavía le preocupaba Lucius, Bellatrix y Colagusano. Draco vio la preocupación reflejada en el rostro de su ex Jefe de Casa y pudo entenderlo muy bien.

—Profesor —Severus levantó la mirada y se encontró con los ojos grises de su "alumno favorito"—. No se preocupe, Macías es fuerte y no dejará que nada malo le pase a ninguna de las dos.

—Gracias Draco —agradeció el azabache con una sonrisa sincera

Los dos siguieron hablando hasta que anocheció y Severus envió al rubio a su dormitorio.

Esa conversación la tuvieron hace dos semanas antes de que los alumnos se fueran de vacaciones de Pascuas, y a pesar de eso, Severus tenía varios pendientes que atender antes de irse a su casa y descansar con su familia. También estaba en puerta que Eileen cumpliría un mes de nacida y eso lo hacía muy feliz. Sin embargo, esa felicidad no duró mucho.

La Serpiente se enamoró de la LeonaWhere stories live. Discover now