Perdona si me enamoro.

Capítulo 8

NARRA MEL

Llegamos y aparcamos.

Abro la puerta y entramos en casa.

Busco una manta y la pongo en el sillón.

— ¿Tienes una coleta por ahí?

— Si, toma. –Le doy una coleta que tenía en la muñeca–

— Gracias.

Se hace una coleta pequeña y sonrío.

Voy a la cocina y hago las cotufas.

Después de hacerlas las coloco en un bol y vol al salón donde está él esperando.

— Ya está. –Me siento a su lado–

Le da al play y pone una película, me llega un WhatsApp, es de Gara.

Lo miro y sonrío de oreja a oreja.

"Mañana carrera"

Dejo el móvil en la mesa del salón y me arrecuesto en el sillón.

La verdad que ha conseguido alegrarme un poco el día, pero aún así ella no está, y muchas de las veces la necesito conmigo, por eso me he vuelto así de distante con las personas, me ha faltado el cariño, mi padre no ha estado, y eso me ha afectado también.

Siento como Dani apoya su mano en mi muslo y lo miro.

— ¿Estás bien?

— Sí.

El sonríe y asiente.

[...]

Después de ver la película, voy a la cocina y friego el bol de las cotufas.

Vuelvo al salón y Dani permanece mirando las fotos.

Me acerco a el y me mira.

— De pequeña eras muy mona. –Sonríe–

— Muchas gracias.

Me mira y niega.

— Sonríe un poco más.

— No me gusta sonreír mucho.

Camino y me siento en el sillón.

— Pues tendré que hacerlo a la fuerza.

— ¿Qué?

Se acerca a mi y empieza a hacerme cosquillas, yo rio a carcajadas mientras el sonríe.

— Para por favor, para. –Rio–

Él para de hacerme cosquillas y me mira sonriendo.

Yo recupero la respiración y sonrío.

— Te ves mucho más preciosa cuando sonríes.

— Mañana tengo una carrera.

— ¿Dónde?

— En la conocida plaza.

— Ah vale, ya sé dónde es.Yo también tengo carrera.

— ¿Dónde?

— Es en una carretera vieja que está a unas horas de aquí.

— Eso está muy bien.

Se levanta de encima de mi, me ayuda a levantar, me siento y él se sienta a mi lado.

Finalmente le acompaño hasta la puerta y me mira.

— Hasta otro día preciosa. –Sonríe–

— Gracias por todo Dani.

— Gracias a ti. –Agito mi mano a modo de despedida–

El sonríe y finalmente se va.