Capítulo 9

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NARRA MEL

— Te ha machacado dignamente.

— Pues claro no. –Dice el contrincante Pedro de mi amiga–

— Pues sí, Gara es más buena que tú, y no seas tan cabezota. –Digo mientras me subo en la moto–

— Nos vemos otro día Mel. –Habla Gara mientras sonríe–

Besa mi mejilla y asiento.

— Nos vemos.

Arranco y me voy de allí.

[...]

Aparco la moto y me siento en un banco.

Suspiro y oigo una voz muy conocida.

— ¿¡Tu has visto mi moto imbécil!? –Es la voz de Daniel, me giro y veo cómo coge a un chico por el cuello de la camisa—

Corro en su dirección y tiro de su brazo.

— ¡La vas a arreglar tu! ¿¡Me oyes!?

— Dani detente.

Se suelta de mi agarre y sin querer me da un golpe él la nariz haciéndome sangre.

Dejo escapar un suspiro y él detiene todos sus movimientos.

Se gira, me mira, toco mi nariz y él frunce los labios.

— Eres un bruto.

—Perdóname. –Se acerca a mi–

— ¿Qué ha pasado?

Se acerca a mi y pasa su dedo mi nariz.

— Estaba conpitiendo y este idiota me empujó.

Se gira y mira al chico.

Le da las llaves y lo empuja.

— Ahora mismo la llevas al taller, mañana la quiero ver en mi casa, intacta.

El chico asiente y se va de allí en la moto de Dani.

Él suspira y comienza a caminar.

— Dani.

— Ahora no por favor.

Asiento lentamente y me giro sobre mi propio eje.

Me subo en la moto y arranco haciendo que suene bien el motor.

Me voy de allí dejándole solo cómo me ha pedido.

NARRA DANIEL

Suspiro y camino hasta que llego a mi casa.

Tengo que ir a verla luego para disculparme por ignorarla así.

[...]

Al día siguiente y decido salir para visitarla cómo tenía pensado.

Me subo en mi moto ya arreglada, y no tardo en arrancar.

Llego a su casa, aparco cerca de esta, me quito el casco y cojo las llaves de la moto.

Toco el timbre y segundos después abre.

Me mira y lo único que puedo hacer el mirarla también.

— Perdóname por lo de ayer.

Ella asiente y cierra la puerta.Suspiro y toco el timbre otra vez.

Abre y me mira alzando las cejas.

— ¿Estas enfadada?

— No.

— De verdad, perdóname.

Ella mira hacia fuera y luego me mira a mi.

— ¿Ya está arreglada?

— Sí. –Miro la moto–

Ella comienza a caminar y se acerca a la moto.

Yo lo único que hago es mirarla atentamente, como sonríe, su sonrisa es muy bonita.

Se acerca y me mira.

— Pasa.

Sonrío ante esa propuesta y entro en su casa.

Perdona si me enamoro. Where stories live. Discover now