Capítulo 10

2.8K 401 183
                                    

Llevaba dos meses y una semana aproximadamente viviendo en Japón con su primo, su abuelo y la familia Katsuki.

En todo ese tiempo, no había logrado su objetivo de reconciliarse con su primo Yuri y mucho menos había logrado unir a Yuratchka con Yuuri.

¿Es que era un inútil?

Nah. Pensó con una sonrisa. Lo que pasa es que Yura es un tonto.

El que Yuuri y Yura no estuvieran juntos era culpa de este último, por estar ignorando al adorable japonés durante dos meses.

Viktor sabía por Yuuri la razón de su pelea. En parte era su culpa, y en parte era culpa de Katsuki, por desaprovechar su oportunidad de declararse al rubio.

Aunque en el fondo de su corazón, muy, muy egoístamente, Viktor se alegraba de verlos alejados. Porque gracias a eso, él había podido pasar mucho tiempo junto al japonés.

Pero Viktor solía sentirse terrible por pensar así.

Porque Yuuri era un chico maravilloso. Era amable, esforzado, perseverante, ayudaba a su familia, era alegre y tranquilo. Le gustaba pasar horas escuchando música, o leyendo libros interesantes.

Viktor amaba las sonrisas tímidas, juguetonas, y alegres del japonés.  Adoraba su cabello castaño tan suave y le gustaba cuando se reía tanto que debía sostenerse el vientre con las dos manos. Le gustaba su voz tranquila y amable llamándolo "Vitya"... le gustaba verlo cocinar, las expresiones que hacía cuando comía algo hecho por el abuelo Nikolai y también cuando veía sus series anime. Pero por sobre todo, amaba sus ojos. Que eran tan expresivos y hermosos...

Le agradaba Yuuri. Le agradaba demasiado.

Tanto... que a veces comenzaba a asustarse, porque estaba claro que él amaba con locura a su estúpido primito.

¿Cómo Yura no era capaz de darse cuenta? Si Yuuri era tan obvio...

"Si tan sólo fuera a él a quien Yuuri amara..." Solía pensar. "Yo desde hace mucho tiempo que lo habría abrazado y besado. Lo habría llevado de la mano por el centro comercial, lo habría llevado a comer katsudon..."

Y podía pasar horas así. Divagando, fantaseando con el chico que era inalcanzable para él.

Viktor no era tonto. Sabía lo que le estaba pasando.

"Debí haber oído con más atención al abuelo." Solía pensar. "Debería dejar de pensar en Yuuri de esta manera. Porque él ama a Yura y Yura lo ama a él... No tengo que interponerme entre ellos."

Pero entonces oía la dulce voz de Yuuri diciendo su nombre, buscándolo a él y no a Yuratchka. Y perdía toda fuerza de voluntad de alejarse de él y olvidar esos sentimientos.

Claro que solía pensar con tristeza, que Yuuri solo lo buscaba porque estaba peleado con Yuri. Y eso lo ponía muy triste.
Era en ese momento cuando pensaba: "Debes alejarte de él. No te pertenece, jamás lo hizo ni lo hará."

Y el ciclo se volvía a repetir una y otra vez. Aunque Viktor tratara de resistirse.

Fue por esas razones que el de ojos azules decidió ir a hablar con Nikolai aquella tarde.

Lo encontró en el living, mirando un programa de cocina con la señora Hiroko.

Viktor se acercó con una pequeña sonrisa al anciano. Se sentó a su lado y los acompañó por un rato, intentando distraerse viendo el programa. Pero sin éxito.

Nikolai conocía muy bien a sus dos nietos. Tanto que sabía que Yuri debía estar ahora mismo tumbado en su cama escuchando música pensando en Yuuri. Pero también sabía que Viktor quería hablar con él de algo que lo afligía, podía verlo en sus ojos tan parecidos a los de Sasha y Juliet... y a los de su amada esposa.

Celos Delatores Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz