Epílogo

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Las luces del lugar nos enfocaban con suavidad, las miradas conmovidas de las personas seguían cada uno de nuestros movimientos, podía ver la felicidad de Sam y de Gabriel en una de las mesas cercanas, a John y Mary sonreír con orgullo, y a mi padre que estaba en el borde de las lágrimas.

- Te mueves bien, Cas.

- ¿Eso crees? Vaya. No es como que haya ido a un estudio de baile particular durante casi cinco años.

- Cállate, Novak.

- Winchester-Novak, Dean, desde hace unas horas.

- ¡Oh!, es cierto, con toda esta felicidad nublando mi cerebro, lo olvidé.- Dean siguió balanceándonos al ritmo de la música, mientras yo seguía abrumado por la felicidad.- Te amo, Cas.- dijo pegando su frente con la mía.

- Lo sé, Winchester-Novak. Yo también te amo.- se detuvo y me besó, la gente aplaudió y dejé que la felicidad me ahogara por unos segundos más.

O mejor por unos siglos.

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Ahora sí, ésta historia ha llegado a su fin. Me gustó mucho escribirla, y espero que los que la lean también la disfruten.

Una cosa: ¿recuerdan cuando Gabriel llegó y Castiel le preguntó sobre Balthazar? Publicaré un capítulo aclarando el asuntillo, pero más adelante porque estoy hasta el cuello de trabajo atrasado :)

Los amo, honeybees.

Nos leemos pronto.

Deanna.

Entre espejos y cancionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora