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El cuerpo era arrastrado hacia la salida mientras la mirada de Harry se hallaba perdida en la sangre que derramaba.

Liam entró en ese momento, parándose frente suyo y viéndole severo.

- No puedes seguir permitiendo esto.- Regañó. Harry negó sin entender espabilando sus pensamientos.

- No entiendo

- Esto!, Louis hace lo que quiere, y se la pasa volando cabezas todo el tiempo!!, ahora parece el jefe del cartel y ni siquiera están casados!- Harry se tensó completo.- Te va a llevar a la ruina!-

- Basta Liam!- Le gruñó.- Estas hablando de mi omega.

- Louis está mal, Harry. Ya ni siquiera va al psicólogo. Tiene encerrada a Rebecca Bernabéu cuando todos pensaron que iba a matarla!, que es lo que planea con ella!?- Harry se mordió los labios como si no quisiera decir la verdad, aunque la realidad era que no sabía nada.

El pequeño omega no le había contado el motivo, y aunque le molestara el que lo mencionaran, era cierto.

Le había dado mucha autoridad a Louis como para llevarle a la ruina por todo lo que estaba haciendo.

Uso exagerado de poder y ofensa hacia otros cárteles.

- No lo sé.- El alfa suspiró restregándose el rostro, aceptando el trago que Liam le otorgó.

Lo tomó de golpe a pesar de su dolor de cabeza, viéndole fijo.

- Tienes que hacer algo, Harry. Terminará por destruirte sin darse cuenta.- Pero una miserable sonrisa abarcó su rostro negando.

- Es mi omega... Él puede hacer lo que quiera conmigo... Hasta que él se recupere, yo soportaré el peso de sus acciones.

- Harry!, estamos hablado de que eres jefe de un cartel que ya no puedes controlar!

- Cuida tus palabras, Liam. Eres mi mejor amigo y creo que por ello sabes mejor que nadie que siempre arreglo las cosas. El cartel no es un problema, ahora lo único que me importa es mi omega.- Zanjó poniéndose de pie para así tomar otro tragó y retirarse.

Caminó hasta su habitación en silencio, entrando a ella y sintiendo esas feromonas ahogarle.

Louis apareció enseguida abalanzándose a él, cargándolo mientras le sonreía sincero y le daba pequeños besos.

- Por qué tardaste, Huh?- El alfa negó yendo hasta la cama y colocándolo en ella, poniéndose encima suyo. - Te necesito. Ahora...- Le susurró. El rizado sintió un escalofrío recorrerle.

Y de un momento al otro, el deseo y el amor lo cegaron.

Cediendo de nuevo a los encantos del castaño, con un beso apasionado y desesperado, con sus cuerpos frotándose, ahogándose en el otro.







Sintió su cuerpo removerse a su lado, lo cual lo puso alerta.

Pero solo era un mal sueño.

Estos no se habían ido, y fue muy tonto pensar que ya los había superado.

Su pequeño Louis sufría cada noche, cada día, cada minuto y segundo y él no sabía qué hacer para hacerle sentir mejor. Ahora solo podía darle todo lo que quisiera e intentar ver si eso le ayudaba.

Vendido. "Larry"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora