Buscando en el sitio equivocado

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Bajo al videoclub de la esquina. Acaba de abrir. Me gusta levantarme temprano y aprovechar el día. Doy los buenos días y busco en la sección de cine Coreano. Tras un buen rato de insatisfactoria búsqueda, pregunto al dependiente. Kim YungSeok es tan amable como de costumbre. Una vez me pasó a la trastienda y me lo follé, y a mí me da que a veces me sigue mirando con ojos golosones. Parece que se quedó con ganas de más. No es gran cosa. Es más bien feucho y con una polla bastante normalita, pero este hombre tiene una nariz de esas grandes que tanto me gustan. Podría catalogarlo como un feo morboso. Tiene un algo. Aunque no sabría explicar qué es. El caso es que yo soy de los que piensan que no hay nada mejor que un polvo mañanero, así que si me lo propone por supuesto que me dejaré hacer.

—Estoy buscando alguna película donde salga un tal Min YoonGi —le digo.

—No me suena mucho.

—Pues si no te suena a ti que eres una enciclopedia andante... —le contesto mientras noto como se ruboriza y de refilón me mira el paquete. Llevo puesto un pantalón muy fino con el que se me marca todo el glande.

—¿Y seguro que es Coreano?

—Creo que sí.

—Te lo digo porque por el nombre puede ser japonés o algo así —me contesta.

—Pues ahora que lo dices... No, no puede ser Japonés, eres medio enfermo?

—¿Dónde lo has visto? ¿Sabes alguna película que haya hecho? —me pregunta.

—No.

—Min YoonGi... —repite en voz alta, como pensativo.

—¿Y en el ordenador? ¿No tienes un archivo por actores o algo así?

—Podemos probar.

Teclea muy rápido. Tanto, que soy incapaz de seguir sus dedos. Se queda callado y mira fijamente a la pantalla. La luz que entra por la cristalera le ilumina un lado de la cara haciendo que la otra parte quede en sombra. Su nariz destaca por encima de todas las cosas. No puedo evitarlo y comienzo a empalmarme. Las narices son uno de mis puntos débiles, siempre me dieron mucho morbo. Soy un fetichista de las narices grandes.

Intento pensar en otra cosa, pero es imposible. Una vez que empieza no hay marcha atrás. La fina tela de mi pantalón no impide que mi rabo parezca una tienda de campaña. Disimulo como puedo.

—Nada —contesta—. No aparece nada con ese nombre.

—¿Estás seguro?

—Segurísimo.

—YoonGi es con dos o —le recuerdo.

—Sí, he probado todas las combinaciones que se me han ocurrido —me responde haciendo como que está muy interesado en la búsqueda cuando en realidad no le quita ojo al bulto de mil pantalones.

—Vaya. ¿Puede ser que sólo haya hecho teatro? —le pregunto como si no me diese cuenta de que no para de mirarme la polla y cogiéndome el rabo con una mano para que se dé cuenta de lo duro que lo tengo y lo dispuesto que estoy.

—Podría ser. De todas formas te digo que a mí ese nombre no me suena de nada.

—Bueno, pues gracias.

—Espera —me grita—. No puedes irte así, mira cómo vas.

—Lo siento, no sé que me ha pasado —le respondo haciéndome el avergonzado y felicitándome a mí mismo porque estaba seguro que no podría resistirse al ver cómo me estaba tocando la polla.

—Sabes perfectamente que a esta hora estoy solo.

—¿Qué quieres decir? —le pregunto como si no supiera las ganas que tiene de que me lo vuelva a zumbar.

Cuando Todos Duermen - Yoonmin (finalizada) Where stories live. Discover now