Chapter 5: Corazón

2.5K 258 58
                                    

Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen. Son obra y propiedad de Masashi Kishimoto.

.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.

Sasuke todavía se paseaba por los pasillos de forma indecisa, ignorando las voces dentro de la habitación de hospital así como ignoraba a las enfermeras que recorrían el pasillo contoneando sus caderas en un intento de llamar su atención o pidiendo favores que el pelinegro se apresuraba en realizar o ignoraba completamente.

No fue hasta que su copia barata salió de la habitación que al fin vio a Naruto despierto, cubierto en vendas y algo pálido, tanto en constitución como el aura, sus guardados ojos mirando la espalda del chico que se marchaba al tiempo que al Uchiha aguardando impacientemente en la puerta.

Tras recibir una última mirada -amenazadora, aunque Sai pretendiera que fuera una advertencia- del otro pelinegro, Sasuke se abalanzó dentro de la habitación, corriendo al lado de la cama pero paralizándose una vez llegó a su lugar, sin saber si podía o no abrazar al rubio hasta que ya no pudiera respirar o si su mera presencia ya era una molestia.

Por primera vez, sus brillantes ojos azules no tenían la respuesta.

Y eso le asustaba.

Así que Sasuke se quedó allí, al lado de la cama de Naruto, en pié y en silencio, con sus ojos clavados en las baldosas azules del suelo, demasiado avergonzado y sintiéndose demasiado culpable como para mirarle a la cara, sabiendo como sabía que parte de la razón por la cual el rubio estaba postrado en cama era su culpa.

Debería haberle escuchado y perdonado a Itachi. Aunque le matara, aunque le había matado, sus padres no volverían, sus tíos no volverían, así como sus primos, sobrinos, abuelos, y demás familia. Estaba más solo que nunca, y era todo por su culpa.

Tras unos instantes, Sai volvió con una bandeja repleta de comida: ni una verdura, íntegramente carne; y miró la escena con una mezcla de entretenimiento e irritación.

"Si no tenías nada que decir, no tendrías que haber venido, culo de pato"

"Sai" reprimió Naruto, sin demasiada fuerza y con una pequeña sonrisa "¿Qué me has traído?"

"Carne" respondió secamente, dejando con cuidado la bandeja sobre sus piernas.

"Buena elección" asintió el rubio, incándole el diente a un lomo de cerdo "Aunque habría preferido ramen"

"Carne es mejor que ramen hasta que salgas del hospital. Estoy seguro de que Teuchi-san estará encantado de hacerte un buffet cuando salgas" calmó el pelinegro, sin quitar ni un instante los ojos Ninguno de los dos apreciaba la presencia del otro en la habitación, aunque el rubio parecía completamente imparcial al respecto. O se hacía el ignorante. O la comida era infinitamente más interesante.

Sí, seguramente era la última opción.

Así, todavía intercambiando duras miradas, Sasuke y Sai se quedaron junto al rubio mientras este charlaba con el usuario de las técnicas de tinta entre mordiscos.

~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~

Aunque ninguno de los dos chicos que estaban intentando matarse con los ojos -debía de ser cosa de pelinegros, decidió- se dio cuenta, Naruto no podía apartar la mirada de Sasuke desde que había entrado.

No le había visto en más de tres años, o, mejor dicho, nunca se había fijado demasiado en los cambios del chico a lo largo de los años desde que intentó capturarle apenas un año atrás.

Era más alto, más que él, y ese conocimiento le irritó, aunque no fuera por mucho. Apenas dos centímetros.

Su pelo, que siempre le había recordado a la retaguardia de un pato -y Sai había apreciado lo suficiente como para ponerle uno de sus irritantes pero entretenidos motes- se había alargado, y se había calmado tanto en la rebelde parte de atrás como en los mechones que enmarcaban su rostro, parecidos a los que ahora enmarcaban en suyo aunque, supuso, al menos todo su pelo era rebelde, no solo la coronilla.

La Técnica del Díos del RayoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora