Capítulo 1

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—Vamos Taozhi, arriba, arriba, que se te hace tarde!—le dijo su padre adoptivo.

Tao ya estaba despierto, hace ya unas cuantas horas, no había podido dormir, y si logró hacerlo fue por un corto tiempo, por que como criatura de la noche, ese era su día, y el día su noche.

A pesar de ya llevar viviendo bastante tiempo con los humanos y  tratado de adaptarse a ellos y sus costumbres, a lo que aún no se podía adaptar era a merodear de día.

Suspiró con cansancio y se metió al baño, se duchó y salió con una toalla amarrada a la cadera en busca de su ropa.

—Vamos Taozhi, tú papá SuHo te irá a dejar— le gritó su padre. Tao había sido acogido por una familia homosexual, relajada y atenta, que se volvieron una verdadera familia para él, luego que su padre biológico le despojara de todo lo que conocía y que algún día le hubiera pertenecido, si tan solo hubiera acatado cada cosa que le dijo y hubiera mantenido la boca cerrada.

Volvió a activar sus extremidades luego del pequeño recuerdo, buscando su ropa. Se pusó unos boxers de color vino y sobre ellos unos jeans negros algo gastados  pero que eran sus favoritos, se pusó los calcetines y se calzo unas zapatillas negras; en la parte superior se colocó una polera gris y sobre esta una casaca de cuero color café, eso...era lo único que conservaba de su hogar.

—Vamos Tao, o te tendrás que ir caminando!— le apresuró su padre Lay. Tao suspiro y se pusó la mochila al hombro que reposaba en el escritorio junto a unas gafas negras; respiró hondo y se pusó las gafas a medida que abría la puerta para salir.

—Ya te has levantado!—le dijo su padre Lay con una sonrisa acercándose a el y dándole un beso en la mejilla izquierda— Buenos días bebé— le saludó muy sonriente, mostrando sus dientes blancos y sus hoyuelos que se formaban por la misma.

—Buenos Días— dijo Tao con una pequeña sonrisa. Al principio le parecía tan extraño el comportamiento de Lay, tan enérgico, atento y cariñoso, fue a una de las cosas que se tuvo que acostumbrar y que a la vez resultó siendo una de sus favoritas.

—Ya baja, que SuHo te espera— le dijo y pasó por su lado regalandole otra sonrisa, una de las tantas que le daba en el día.

Tao bajó con calma y ya estando abajo fue a la cocina.
—Hola Tao, ¿Que tal dormiste?—preguntó SuHo

"La verdad? No pude dormir casi nada, la noche es mi día y ahora tengo sueño."

—Buena.—contestó simple, aunque era una mentira— ¿Y la tuya?— preguntó.

—Buena también, gracias.— le respondió con una sonrisa, para luego darle un sorbo a su té, pero había algo que no le dejaba disfrutar del todo su desayuno y le causaba incomodidad, alzó la vista y miró a Tao—Tao— le llamó para captar su atención. El chico le miró— ¿Me puedes hacer un favor?— le preguntó.

—Sí—contestó con simpleza mirando a su padre a través de los lentes, teniendo en mente cual sería el favor.

—¿Puedes sacarte las gafas?— y Tao no supuso mal, era justo lo que había pensando que le pediría. Sin replicar o algo por el estilo se sacó los lentes, y SuHo sonrió agradecido. Tao les obedecía por que eran quienes habían adoptado un papel de padres luego de su expulsión, le dieron refugió y le cuidaron, por ende les estaba eternamente agradecido por todo lo que ellos hacían a diario por él.

Luego del desayuno, SuHo se despidió de Lay dándole un beso en los labios, mientras Tao se despedía de el agitando una mano. Lay no siempre estuvo en la casa haciendo labores domésticas, había dejado de trabajar hace un tiempo, cuándo comenzó a olvidar algunas cosas, al principio creyeron que eran pequeños despites propios de su desordenada personalidad, pero cuando estos se hicieron más notorios hasta el extremo de olvidar una clave, SuHo y Tao le acompañaron a un centro médico para hacerle algunos exámenes, los resultados estuvieron en una semana, donde Lay insistió que estaba bien, que tal vez solo era el estrés laboral que le estaba haciendo olvidar cosas pero los reusltados arrogaron otra cosa, estaba en la primera fase de Alzheimer, para su corta edad era extraño que se desarrollara, pero luego descubrieron que YiXiang venía de una familia donde el alzheimer era como la diabetes o hipertensión, una enfermedad de familia y heredable. SuHo ese día se destrozó, no podía comprender como era que YiXiang estando en sus 30 ya mostraba estragos de esa enfermedad cuando esta solía aparecer en la adultez mayor, pero aún cuando la idea no le gustará y le pareciera invasiva hacia su familia tuvo que aceptarla, era parte de Lay ahora, era parte de la persona que amaba. Lay progresivamente fue dejó su empleo y aunque SuHo le dijo que no era necesario que se dedicara a las labores del hogar, y que asistiera a sus terapias, YiXiang quizo hacerlo, para sentirse útil y bien con sigo mismo.

En el caminó ninguno dijo nada, Tao se fue callado,mirando al frente con sus gafas nuevamente puestas.

—¿Sucede algo Taozhi?— preguntó SuHo sin quitar la mirada de enfrente.

Tao demoró en contestar, pues no quería causar alguna clase de peso o preocupación extra a su padre, ya era suficiente con la condición de Lay como para preocuparle por unos absurdos sueños, pero...si no le comentaba a el, aunque sea vagamente, ¿A quién más se lo contaría? Estaba solo después de todo, no tenía a nadie más que a aquel par que le acogió.

— Tuve una pesadilla—contestó— La misma que me atormenta siempre— complemento con un suspiro cansado al final.

—Ay panda...—le dijo, dandole un corto vistazo, y luego volver la mirada al frente para conducir.— Sabes que cuentas con nosotros, no es necesario que hagas todo solo o lidies con ello en soledad, Lay se preocupa por ti, yo me preocupo por ti, estamos para ti, para apoyarte en lo que podamos — dijo observando por el espejo retrovisor a su pequeño panda.

—Lo sé y lo siento.— murmuró.

—Bien, llegando a casa Lay dijo que nos tendría una cena especisl— sonrió, cambiando el  ambiente.

—Me parece genial!— dijo Tao, alegando esa nube oscura de su cabeza. Lo menos wue podía hacer ers no preocupar a Lay ni SuHo, suficiente ya habían hecho por el como para estarles causando preocupación por un tema vanal como lo es el no poder dormir, ese era su problema y solo suyo.

—Ojalá no le se olvidé...— murmuró SuHo, Tao lo miró, y luego le sonrió.

—No se le olvidará— le dijo y SuHo suspiró.

Al llegar, Tao se bajó del Jeep y se dirigió a su salón, luego de despedirse. Su primera clase era de matemática crítica, donde las formulas, algoritmos y logaritmos eran lo esencial, aunque el no requería estudiar alguna cosa, lo hacia, por una esoecie de gusto y para complacer a la pareja de humanos que le acogieron.

—Joven Kim— le llamó el profesor.

—¿Si?— preguntó Tao mirando al mentor en la pizarra.

—Pase a resolver el ejercicio 6 por favor—  Tao observó el pizarrón y se levantó. Caminó hasta el pizarrón y tomó un plumón azul para comenzar a  resolver el ejercicio, con todos sus años de vida, la matemática, matemática crítica y sus derivados eran algo sencillo para Tao, sin contar que le gustaban, haciendo que se le facilitara más el realizar ejercicios.

La clase transcurrió con normalidad hasta la segunda hora, cuándo el bloque de geometría fue interrumpido.

—Disculpe profesor, pero debo interrumpir un poco su clase— dijo el inspector, mientras el profesor le miraba con el ceño fruncido.

— Adelante. Ya no puedo decir que no, ya interrumpió de todas maneras— gruño, haciendo sentir incómodo al pobre hombre.

— Bueno— ingresó a la sala.— A la lista se les a sumado un nuevo estudiante, esperamos lo reciban bien— dijo poniendo énfasis en la palabra bien como si los universitarios lo fueran a tratar mal, a esa edad cada uno estaba tan enfocado en su propia vida que era difícil que molestaran a alguien. — Les presentó a Wu Kris— dijo.

Por la puerta ingresó un chico alto, de cabello claro, casi rubio, de cuerpo delgado y hombros medianamente anchos, con facciones duras pero relajadas; Tao alzó la vista al sentir una fuerte presencia del infierno, viendo al chico, que como él, también le miraba. Tao mantuvo su rostro neutro para no dar indicios al nuevo de que sentía su presencia, aquella maldad y esencia del demoniaca. Bajó la mirada y siguió realizando los ejercicios que estaba desarrollando antes de la interrupción del nuevo, para no dar sospechas.

El recién llegado se sentó adelante de Tao y pudo sentir más la esencia de maldad en su ser, sus intenciones no eran buenas en ese lugar, lo sentía...pero el no tenía de que preocuparse, ya que no poseía nada que alguien del Infierno quisiera.

Descubriendote.Where stories live. Discover now