Los Celos de George

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Alisa se sorprendió de lo bien que había dormido, se despertó solo cuando sonó su despertador, apenas recordaba su sueño, pero era mejor así. Se alistó lo más rápido posible, el día estaba horrible y necesitaba recogerse lo mejor posible el cabello o se le volaría a la cara con tanto viento y si a eso se le agregaba la lluvia necesitaba prevenirse. Cuando lo tuvo bien asegurado en una trenza y estuvo metida en su ropa del día tomó su indumentaria y bajo corriendo al Gran Comedor, solo estaba Harry.

-¿Nervioso?

-Eso debería preguntártelo yo a ti, es tu primer partido, el clima esta horrible.

-Creo que unas gotitas nunca nos han desalentado – Harry sonrió y cuando abrió la boca para contestarle el resto del equipo apareció.

-Va a ser difícil – dijo Wood sin probar bocado mientras los demás terminaban de desayunar.

-Deja de preocuparte, Oliver – lo animó Alis – en los entrenamientos no nos preocupamos por un poco de agua y una brisa ligera.

La cosa es que no era un unas gotitas de agua ni una brisa ligera, afuera el cielo se caía y el viento soplaba con tanta fuerza que no sería nada raro que el cielo se los tragara como una ola en un mar tórrido. El quidditch era tan popular que todo el colegio salió a ver el partido, como de costumbre. Corrían por el césped hasta el campo de quidditch, con la cabeza agachada contra el feroz viento que arrancaba los paraguas de las manos. Poco antes de entrar en el vestuario Harry y Alisa vieron a Malfoy, a Crabbe y a Goyle caminar al campo de quidditch; cubiertos por un enorme paraguas, señalaban a Harry mientras reían, Alisa lo tomó del brazo haciéndolo retomar el rumbo hacia los vestidores para que los ignorar.

-Son idiotas, los de Slytherin... todos son unos idiotas y cobardes – le dijo dándoles la espalda al trío de muchachos con bufandas verdes.

Los miembros del equipo miraban a Wood cerrar y abrir la boca esperando algunas palabras de ánimo como las de los entrenamientos, pero él no lograba formar una sola sílaba así que al final solo trago saliva con un ruido extraño, cabeceo desesperado y les indico por seña que lo siguieran.

El viento era tan fuerte que se tambalearon al entrar al campo, George que temía que saliera volando la había sujetado por la túnica escarlata para hacerle recobrar el equilibrio. El retumbar de los truenos no los dejaba escuchar nada más que sus pasos sobre el pasto mojado.

Los de Hufflepuff se aproximaron desde el otro extremo de campo, con las túnicas amarillo canario. Los capitanes de ambos equipos se estrecharon las manos. Cedric le sonrió a Wood y luego reparó en Alisa a la que también le dedicó una sonrisa, pero aún más radiante. Oliver que parecía tener atorada la mandíbula se limitó a hacer un gesto con la cabeza, Alisa le devolvió la sonrisa de la misma forma radiante.

-Suerte Frost – le gritó Cedric aun sonriendo y dedicándole un guiño.

-Igualmente Diggory – le respondió Alisa y le devolvió el guiño.

-¿Qué fue eso? – le pregunto Angelina sonriendo.

-¿Sí, qué fue eso? – la secundo George con tono molesto, a Alisa la salvo la voz de la señora Hooch.

-Monten sus escobas.

Alisa se montó en la escoba muy segura de sí misma, quería ganar su primer partido, las cosas eran complicadas por la lluvia y el viento, estaban entumecidos y apenas podían ver las bludgers, pero el equipo estaba dando lo mejor de sí, con una estrategia bien montada lograron cincuenta puntos, Angelina dos, Alis dos y Katie uno, antes de que escucharan el silbato de la señora Hooch.

-¡He pedido tiempo muerto! – grito Wood a sus jugadores –. Vengan aquí.

Se apretaron en el borde del campo, debajo de un enorme paraguas.

Alisa BlackWhere stories live. Discover now