Señores Diggory

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Cuando a la mañana siguiente el Expreso Hogwarts salió de la estación la tensión aumentó entre Cedric y Alis, ella quería ir con Harry, pero Cedric no parecía muy contento con la idea, desde que le había confesado lo ocurrido con Draco no la dejaba sola muy seguido. Ginny iba con ellos y trataba de relajar la atmósfera, Alis le había contado lo ocurrido y a pesar de que la apoyaba no veía con buenos ojos nada que tuviera que ver con Draco.

Sin embargo Ron llegó a buscarla unas horas después a la cabina en que estaba con la cara roja y una lechuza muy pequeña en la mano.

-Alis, tienes que venir un momento.

-Volveré más tarde.

-Te acompaño.

-En realidad es un poco privado Cedric – farfulló Ron – ¿vienes Alis?

-Vuelvo en un rato – se levantó y salió tras de Ron.

-¿Qué le sucede?

-Estamos teniendo problemas.

-Esto te va a animar – al entrar en la cabina Harry le lanzó una mirada de complicidad y le mostró una carta, Alis se precipitó para sentarse a su lado y poder leerla.

Querido Harry:

Espero que recibas esta carta antes de llegar a casa de tus tíos. No sé si ellos están habituados al correo por lechuza.

Buckbeak y yo estamos escondidos. No te diré dónde por si está cae en malas manos. Tengo dudas acerca de la fiabilidad de la lechuza, pero es la mejor que pude hallar, y parecía deseosa de acometer esta misión.

Creo que los dementores siguen buscándome, pero no podrán encontrarme. Estoy pensando en dejarme ver por algún muggle a mucha distancia de Hogwarts, para que relajen la vigilancia en el castillo.

Hay algo que no llegue a contarte durante nuestro breve encuentro: fui yo quien te mando la Saeta de Fuego.

Crookshanks llevó el envío a la oficina de correos. Utilice tu nombre, pero les dije que cogieran el oro de la cámara de Gringotts número 711, la mía. Por favor, considérala como un regalo que mereces que te haga tu padrino por cumplir trece años.

También me gustaría disculparme por el susto que creo que te di aquella noche del año pasado cuando abandonaste la casa de tus tíos. Solo quería verte antes de comenzar mi viaje hacia el norte. Pero creo que te alarmaste al verme.

Te envió la carta algo que espero que te haga disfrutar más el próximo curso en Hogwarts.

Si alguna vez me necesitas, comunícamelo. Tu lechuza me encontrará.

Por favor dile a Alisa que la que la quiero, que siempre que me necesite encontraré la forma de encontrarla.

Volveré a escribirte pronto.

Sirius.

-¿Qué era lo otro?

-¿Cómo?

-Lo otro que te envió.

-Una autorización para ir a Hogsmeade.

-Eso es genial.

-Además – añadió Ron – me dejo quedarme con la lechuza.

-Me alegro mucho Ron.

-¿Todo bien?

-Sí, es solo que aún no hemos podido hablar del tema.

-No tenemos que hablarlo ahora – dijo Harry.

-Harry pasara unos días en casa para ir a ver el mundial de quidditch – dijo Ron.

Alisa BlackМесто, где живут истории. Откройте их для себя