Keith y Lance son ese tipo de conocidos que no recuerdan cuándo se relacionaron por primera vez, solo que se conocen de toda la vida. Han estudiado juntos desde el jardín de infantes, viven a una calle de separación y sus familias son bastante unida...
Miren, a veces se me ocurren cosas de la nada, en especial viendo todos los fanarts de Voltron. Hace algún tiempo estaba navegando en Tumblr y me topé con esta hermosa imagen:
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Y se me ocurrió una idea para un One Shot que simplemente no pude ignorar. Así que espero que me perdonen disfrutando :') :
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Keith halló a Lance en la bahía, sentado en el borde de una enorme roca sedimentaria mientras observaba cómo el movimiento de las olas del mar se perdía en la uniformidad del horizonte. Los castaños cabellos que ondeaban con la brisa marina alrededor de su cara habían crecido mucho desde el inicio de sus aventuras con Voltron, cuando apenas se despegaban de su cuero cabelludo por acción del movimiento a velocidad o los cambios de gravedad.
Era un momento propicio para estar allí, rayando a típico. Puesta de sol, playa, mar. Tres componentes característicamente terrestres. Lance parecía plenamente absorbido por lo que veía, abismado de todo lo demás, aunque ya le constituía un hábito diario contemplarlo a las mismas horas. La tarde agonizaba y la luz se agotaba con ella, pero Lance no daba indicios de querer moverse de allí.
—¿Todo bien? —Keith trepó la roca desde atrás para sentarse junto a Lance, con sus chanclas rojas cruzadas al frente y las rodillas perezosamente recogidas cerca de su pecho. Habían pasado tanto juntos que nada de eso les incomodaba, ni entre ellos dos ni con ninguno de los otros ex-miembros de Voltron. Keith pudo haberse acostado sobre el regazo de Lance y eso habría sido normal.
De vuelta en la casa a diez metros de distancia de la bahía, Shiro, Allura, Hunk y Koran ayudaban a la familia de Lance con la cena de Acción de Gracias. Katie estaba en Nashville con su familia y les había mandado saludos temprano por medio de una videollamada.
—Sí, es solo que... —Lance entornó los ojos y tragó saliva, mirando cómo el cielo se tinturaba de violeta y azul oscuro hacia arriba, como si un calamar gigante hubiera derramado un poco de tinta sobre él, y siguiera haciéndolo—... no lo sé. Estoy aquí, por fin en la Tierra, con mi familia, tocando el mar. Y aún así...
—Extrañas el espacio.
Lance peló los dientes mientras asentía, aunque en sus ojos centelló la melancolía junto con los últimos destellos del sol.
—Es extraño, lo sé. Cuando estaba allá añoraba estar aquí. Extrañaba a mi familia, la lluvia y ver las estrellas cuando miraba arriba en la noche en lugar de en toda dirección y a toda hora. Pero ahora que estoy aquí, qué no daría por ir tan solo un minuto más allá, a los confines del universo, siendo Lance, el paladín azul de Voltron, salvador del universo, y no solo Lance, el cubano con dudas existenciales que nadie conoce. —Frunció el ceño.
