Parte 3

11 0 0
                                    




-¿Porqué yo? ¿Qué mierda te hice para que quieras arruinarme la vida?

-No me has hecho nada, tan solo te he elegido porque el dinero de tu padre no me interesa, es dinero sucio.

-¿Entonces solamente soy un objeto de intercambio?-Lo observo indignada mientras mis manos se forman en puños.

-No exactamente. También te he elegido porque eres la mujer mas hermosa que he visto en mi vida. Lástima que las drogas te han arruinado tanto.-Me observa con el ceño fruncido. Por lo menos es directo y no miente. Sonrío al pensar en las drogas.

-¿Te parezco la mujer más hermosa?-Él asiente, tomando su copa de vino.-Entonces te propongo algo. Me acostaré contigo  si prometes dejarnos en paz, a George y a mi.-Él sonríe divertido para después negar.

-Así no funcionan las cosas preciosa. Tu no negocias. Tu haces lo que yo te digo.-Sus pupilas se han dilatado y su voz se ha tornado aún mas grave.-No quiero acostarme contigo. Bueno si, pero no ahora, ya tendremos tiempo de eso cuando estemos casados.-Lo observo atónita.

-No te entiendo. Estás forrado de dinero, eres atractivo, asumo que eres inteligente por lo que has logrado hacer con tu empresa, sabes jugar tus cartas pero no puedes conseguir una esposa que te ame.-Él suelta una carcajada.

-No me mal entiendas. Puedo tener a la mujer que yo quiera con solo tronar los dedos, pero eso me parece muy fácil. Quiero un reto.-Me observa fijamente.-Además la mesa de ejecutivos en mi empresa me ha dicho que debo limpiar mi imagen pues mis asociados desconfían de mi sentido de responsabilidad. ¿Qué mejor manera de demostrar mi responsabilidad que comprometiéndome a una mujer?-Me explica.

-Déjame ver si entiendo. ¿Me escogiste porque sabes que soy difícil?- Derek suelta una alargada carcajada. Tiene una linda risa pero logra molestarme. Le estoy hablando seriamente.

-¿Difícil? ¿Tú? Por lo que veo también tienes buen sentido del humor. Theresa eres la mujer más fácil que he conocido. Te acuestas con cualquier tío que se te cruce. Pasaron tan solo quince minutos de esta conversación antes de que me ofrecieras sexo. Mi reto es enamorarte y que dejes de ser tan fácil.-Dice con toda calma para después darle un largo sorbo a su vino.

Fue suficiente.

Le regalo una sonrisa falsa y me incorporo de la mesa. Ajusto mi vestido el cual se ha levantado al sentarme. Derek me observa expectante. Tomo mi bolso de mano y entonces me despido.

-Disfruta el resto de la velada Derek.-Le digo y sin más camino hacia el ascensor dispuesta a marcharme.

Escucho como empuja su silla y se levanta. Camina rápidamente y siento como su mano cálida rodea mi muñeca, deteniéndome.

-¿A dónde crees que vas?-Me pregunta y lo observo. Su mandíbula se encuentra tensa y sus pupilas dilatadas. Entonces si sabe hacer otra cosa que no sea sonreír.

-A mi casa. No vine aquí para escuchar a un crío insultarme.-Digo molesta, liberándome de su agarre. Me observa seriamente y después su gesto comienza a relajarse.

-De acuerdo, tienes razón, lo siento.-Me dice levantando las manos en forma de derrota. La manga de su elegante saco se remanga un poco, dándome vista del comienzo de un tatuaje.-No quiero que te vayas.-Lo observo dudosa.

-¿Quieres que me quede?-Pregunto en un tono suave y el asiente lentamente. Me acerco a él y cuando estoy lo suficientemente cerca comienzo a pasar mi mano por su mejilla.-Derek, eres un sueño. Eres todo lo que cualquier mujer desearía. Eres atento, inteligente, caballeroso, sumamente atractivo y millonario.-Digo dulcemente logrando que una sonrisa se escape de sus labios. Una sonrisa tan perfecta que logra llegarle a los ojos. Entonces, dejo caer mi mano.-Sin embargo, yo no soy cualquier mujer y yo no te deseo.-Suelto de golpe causando que su sonrisa desaparezca haciendo que una mueca de molestia aparezca en su rostro.-Eres todo lo que he evitado. Eres un tío pijo que cree que con dinero puede comprar todo, como lo has hecho conmigo. Es ridículo y degradante y yo no te quiero ni te querré una en esta vida.- Finalizo. Derek me observa sin ninguna expresión en el rostro.

ChoicesWhere stories live. Discover now