Parte 5

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Entro a mi habitación una vez que Derek se ha marchado y la observo con nostalgia. Pronto tendré que marcharme y dejaré todo atrás, todo por culpa de George.

Camino hacia la habitación de mi madre y entro cuidadosamente.

 Todo se encuentra tal y como lo dejó. Ni George ni yo tuvimos el valor de empacar sus pertenencias, aún se encuentra su cepillo de dientes en el lavabo, sus barnices de uñas sobre su mesa de noche, sus revistas en la cómoda y toda su ropa en el armario.

Entro en el armario abrazando su ropa, George la ha conservado tan bien que aún se alcanza a percibir el aroma de su dulce perfume. Mis ojos se ponen llorosos. Entonces algo en el fondo del armario logra llamar mi atención.

Camino con paso decidido a aquel enorme vestido blanco. Su vestido de bodas. 

Mi respiración se corta, limpio las lágrimas y lo tomo con cuidado. Jamás lo había visto. Es un hermoso vestido con encaje. Mi madre tenía una figura esbelta por lo cual supongo que me quedará.

-A ella le hubiera gustado que lo tuvieses.-Me sobresalto al escuchar la voz de George a mis espaldas.

-Pensé que no estabas en casa.-Digo intentando esconder las lágrimas. George me observa tristemente y se acerca a mi lentamente, colocando su mano en mi mejilla.

-Oh Thea, lamento todo.-Suelta mientras su voz se quiebra.-Lamento haber desaparecido de tu vida cuando tu madre falleció, lamento haber sido tan mal padre pero no podía evitarlo, por dios santo eres idéntica a ella. Tienes sus ojos, su nariz, sus labios, su actitud. Toda tu me recuerda a tu madre y me costó tanto trabajo verte por un tiempo.-Lágrimas comienzan a salir de mis ojos.

-Lo único que necesitaba era un padre que me dijera que todo iba a estar bien.

-Y si me lo permites aún puedo serlo, puedo ser ese padre para ti, en verdad quiero serlo. Theresa, déjame acompañarte en el altar.-Entonces, cuando estoy a nada de perdonarlo, recuerdo que me ha vendido para salvar su culo. Empujo su mano de mi rostro haciendo que sus ojos me observen consternado.

-Nadie tendría que llevarme en el altar si hubieras sido un buen padre desde el principio, me abandonaste, tu no eres mi padre, tu eres George, con quien compartí techo por veinte años pero eso se acaba hoy. A partir de hoy eres un completo extraño para mi.-Salgo de la habitación molesta y me  encamino hacia la puerta principal. Una vez afuera de la casa me dejo caer en los escalones del porche. 

Tomo mi celular y marco a la única persona que sabía que me ayudaría en este momento.

-¿Thea?- Escucho su voz confundido del otro lado de la línea.

-Necesito que vengas por mi a mi casa, no tengo en donde quedarme.-Escucho ruido y se que se esta alistando para venir

-Llego en diez minutos.

-Te quiero, Matt.-Suelto al saber que siempre podré contar con el.

-Yo a ti Thea.-Cuelga y yo me levanto de los escalones caminando hacia la calle, en busca de Matt. 

Después de siete minutos de caminata me encuentro con el coche de Matthew. Se aparca en la calle, bajándose de su lugar para caminar y abrazarme.

-Gracias por venir.-Susurro mientras recargo mi cabeza en su hombro. Jamás había notado lo cómodo que era estar en sus brazos. Él asiente separándome y guiándome a la puerta de acompañante la cual me abre. Subo y espero a que encienda el motor. Una vez encendido nos encaminamos a su casa.

-¿Estas bien?

-No quiero hablar de eso.-Digo observándolo y el asiente.-Oye, no conozco tu casa.-El sonríe

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⏰ Last updated: Jun 15, 2017 ⏰

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