Breaking /Teen Wolf |running#4|

XXXI

Aprecien el gif que hice de Scannah, bai. 

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—¿Dónde están Scott y Hannah? —preguntó el sheriff a Theo, junto con los demás oficiales en la escena del crimen en la escuela.

—Fueron a buscar a Liam. Creen que está con Hayden.

—Bien. Necesito hablar contigo. Solo tú, vamos —dijo, llevándolo a un lugar más apartado siendo éste los casilleros del gimnasio.

El sheriff le mostró la credencial de la biblioteca a Theo, esperando a que hablara.

—¿Necesitaré un abogado? —inquirió Theo, bajando la mirada.

—Dímelo tú.

—Stiles no estaba ahí.

—Donovan sí. Era una quimera.

—Un wendigo. Buscaba a Stiles. Iba a matarlo —Theo hizo una pausa, acercándose al padre de Stiles mirándolo fijamente a los ojos—. Donovan dijo que quería matar a Stiles frente a usted. Al verme ahí, trató que le dijera dónde estaba Stiles.

—¿Qué le dijiste?

—Nada —afirmó Theo, con ojos llorosos—. Entonces me atacó a mí. Traté de alejarlo, no podía dejar que me matara o que matara a Stiles —su voz se quebró—. Me subí a los andamios pero empezó a jalarme. Y las vigas de soporte se deslizaron desde arriba. Cuando vi, una de ellas lo había atravesado. No supe qué hacer. Llamé al 911, pero cuando llegaron... El cuerpo no estaba. Ni siquiera la sangre. Todo... Se había ido y no sabía qué hacer. Así que no hice nada —lágrimas corrieron por los verdes ojos de Theo—. Lo lamento. No sabía qué más hacer, así que no hice nada.

—Está bien, está bien —murmuró el sheriff antes de envolver a Theo en un abrazo. 

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—¿Así que no tienes idea de dónde está Liam? —preguntó Scott a Hannah, sin creerle un poco.

—Nop. Ni idea.

—Encontrarlo en Beacon Hills va a ser una locura.

—Ahora trata encontrarlo en otro estado.

—Espera, ¿qué?

—Le llamé. Le dije que tomara un poco de dinero de mi cuenta, que viera si Hayden tenía, que robara un auto y que se fuera lo más lejos que pudiera de aquí.

—¡Hannah! —Exclamó Scott, deteniéndola—. Ese es el peor consejo. Deberían quedarse con nosotros, no pueden enfrentar esto solos.

—Claro. Deberían quedarse con nosotros, ya sabes, porque eso funcionó tan bien para Corey que acaba de ser asesinado, para Tracy antes de que la mataran y para Hayden cuando la secuestraron. Claro. Mira, Scott, debemos de aceptarlo. Estarán más a salvo lejos de nosotros. Lejos de los doctores.

—Si crees eso, ¿por qué me ayudas a buscarlos entonces?

—Porque si fueron tan tontos como para quedarse todavía, tal vez podamos distraer a los doctores y conseguirles tiempo.

Scott gruñó por lo bajo.

—¿Qué, Scott? ¿Qué?

—¿Por qué tienes que mentirme siempre, eh? ¿Por qué tienes que ocultarme las cosas?