"set me free, josh dun"

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¿Me perdonarías?, pensó Josh.

—Estás en shock— la enfermera repetía para que Josh se calmara— no es poca sangre la que necesita tu amigo.

Él trató de modular su voz y sonar lo más convincente que pudo.

—Señorita— dijo sonriendo de lado, secándose la mejilla con el dorso de su mano— yo puedo. Como verduras todos los días, créame.

La enfermera quiso sonreírle, pero no lo hizo.

—Por favor— insistió, sus ojos brillaban, se mordía los labios ansioso.

Ella asintió y escoltó rápidamente a Josh hacia uno de los cuartos cercanos, le dijo que esperara sentado en la cama y que tomara todo el líquido que pudiera -tendría que estar echado luego de donar sangre, porque eso lo dejaría débil-. Y ahí esperaba, sentado en contra de una pared, con la casaca de Tyler en la mano. Josh había encontrado el disco que hace unos momentos le había dado, tenía una raja a lo largo de la carátula, el plástico estaba frío.

¿Me perdonarías si te elijo a ti en vez de a mí?

Sintió una lágrima calentar su mejilla mientras pensaba que no debía ser pesimista, no todo tenía por qué salir mal. Podría salir todo bien. Todo iba a pasar, todo iba a pasar. Se consoló pensando en que lo próximo que le gustaría hacer sería estar al pie de la cama de Tyler, sosteniendo su mano y esperando a que despierte. Esperaba ver su sonrisa, sentir sus labios.

Es que ya te he elegido, Tyler. Lo sigo haciendo.

Pensó en un final diferente a ese día: ellos caminarían y llegarían a tiempo al bus, irían hasta los últimos asientos de dos y se dejarían caer ahí. Sostendría su mano, y la soplaría para darle calor, eso le daría cosquillas a Tyler, siempre le daba cosquillas. Sonrió por eso. ¿Cuántas manías de Tyler podría perderse si algo salía mal? No saldrá mal, se volvió a repetir, has pasado peores.

¿En serio iba a salir todo bien? Comenzaba a desesperarse y supo que eso no era bueno. No podía terminar, no quería que termine, si algo le pasaba a Tyler, si algo le pasaba a él... No podía... Tyler tenía... Él tenía que saber... Un lápiz, Josh se dio cuenta de que necesitaba un lápiz.

Se levantó y buscó uno con desesperación, pero no encontraba nada más que cajones llenos de cajitas y botellas, pensó quizás alguna enfermera debía tener uno y quiso salir rápidamente. Antes de tomar el pomo de la puerta, la misma enfermera que le había dicho que espere entró con un hombre menudo y de ojeras moradas.

—Hola— dijo casi gritando Josh— ¿usted cree que pueda prestarme un lapicero o algún lápiz?

—¿Lápiz?— la miró extrañada, aún así metió las manos en su bata— Tenía un marcador hace un momento... no está.

—Pero necesito uno— insistió— AH, y un papel.

El chico al lado los miraba extrañado, más cansado que extrañado. Parecía que ya quería irse de ahí.

—Mira, te daré un lapicero y un papel, luego, cuando estés recostado, ¿está bien?— le dijo sonando condescendiente— Tu amigo necesita esa sangre ahora.

—Mi novio— susurró Josh, moviéndose hacia la cama y sentándose.

Ambos enfermeros se movieron rápido alrededor de él. Josh se sacó la chaqueta que traía y la chompa, se quedó con un polo manga cero, de pronto tuvo escalofríos, pero consiguió ignorarlos.

Quisiera que tú no sientas tanto frío como yo. Quisiera que aún sigas sintiendo, en realidad.

Dime si tienes alguna molestia, nos detendremos al instante— dijo la enfermera.

Josh tomó una profunda bocanada de aire mientras la liga rodeaba su brazo y el tipo acercaba una aguja a su vena. No sintió dolor, no del tipo físico, al menos. Su cabeza seguía en Tyler. Josh solo quería que saquen su sangre rápido y se la lleven a él.

¿Te imaginas qué hubiésemos hecho mañana, Tyler? ¿Nos imaginas? ¿Me imaginas saliendo de la barbería con el cabello morado? Sé que tu cara sería graciosa de ver. ¿Crees que me hubiera visto bien?
Hubiera... ¿Por qué pienso que hubiera?

El enfermero sacó la aguja de un tirón algo violento pero imperceptible. Los ojos de Josh comenzaron a brillar, sentía los dedos entumecidos. Quería un papel, algo en él le decía que no iba a tener tiempo.

—Deberías llevar esta bolsa ahora, yo me terminaré esto y te alcanzaré— dijo el chico a la enfermera.

—¿Podría llev-llevarle esas casacas y-y el disco a Tyler?— pidió de repente Josh, su espalda se arqueaba, su cuerpo le pesaba, sus decisiones le pesaban.

—Volveré por ellos.

Ella salió rápidamente con la bolsa en las manos sin dirigirle la vista a Josh, él la vio irse y sintió que alguien inexistente jalaba su cabeza hacia atrás con fuerza, su nariz le dolía y su pecho se cerraba. El enfermero juntó todos los utensilios que había utilizado en la pequeña mesa al lado, dándole la espalda a Josh; él quería pedir por un papel, pero en ese momento ya no pensaba en mucho.

—¿Tod-Todo estará bi-bien?— preguntó Josh.

—Sí, solo ha sido 1L de sangre, las personas sanas pueden donar esa cantidad y reponerse a los minutos, solo necesitas recostarte— dijo el chico sin mirarlo.

Josh sonrió de lado, irónicamente, casi sin desesperación. Aceptándolo. Personas sanas, le dijo. Personas que no eran él, pero ¿qué podría haber hecho?

Disculpame, Abbie... Jordan... Papá... No tuve tiempo de pensar en ustedes, lo lamento mucho... ¿ustedes no hubieran hecho lo que yo? Siento mi pecho reventar, Abbie, ¿qué podía hacer? ¿qué debía hacer?

—¿Ty-Tyler estará bien?— insistió Josh.

—Sí, solo necesita recuperar la sangre que perdió y los sueros lo ayudarán a estabilizarse— dijo acercándose a Josh, mirando su reloj— le has dado tiempo de sobra para reponerse sin riesgos, ... ¿cómo te llamas?

El enfermero abrió los ojos al ver a Josh tirado sobre su espalda con el pecho subiendo y bajando violentamente, sus labios cuarteados y abiertos pidiendo aire desesperadamente. Corrió hacia él y trató de levantarlo para que pudiera respirar, sostuvo su pecho e intentó realizarle el RCP, pero Josh no dejaba de temblar.

¿Te imaginas qué hubiésemos hecho para tu cumpleaños, Tyler? Te hubiese dado algo mejor que un tinte de cabello, te hubiese dado todo. Te pude haber dado todo. Y hubiésemos sido los dos. Te juro que eso es lo que hubiese querido, pero ahora eres tú. Ahora eres tú por los dos. Por mí. Por lo mucho que te amaba. Lo lamento, Tyler, es que te amaba mucho.

El enfermero tocó como pudo el botón de emergencia del cuarto mientras mantenía la boca de Josh abierta para que el aire pueda pasar.

—Me llamo... Josh— contestó susurrando mientras lo miraba, le dolía la garganta, su cuerpo le quemaba, pero le sonrió, al tiempo en que sus ojos se cerraban— Ty...

Él sintió todo el peso del cuerpo de Josh en sus manos, su espalda estaba húmeda, pero extrañamente fría. Se oían pasos llegar detrás de él que toqueteaban todo al alcance de la habitación. Alguien más alzó a Josh hacia un lado y rompió su polo, colocó una máquina sobre este y le dio un pequeño choque. Así dos, tres, cuatro veces. El enfermero se había quedado a un lado, atónito. La enfermera de al lado tomó su muñeca y la alzó hacia su rostro, él la miró mientras ella decía: hora de la muerte, 10:34.

Tyler, vas a perdonarme, ¿cierto?

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Lo siento si es demasiado deprimente, lo siento; pero estuve escuchando The Ghost of You de My Chemical Romance y me puse sad.
Espero que les guste, ya no aumentó nada, lo prometo.

stay alive (for me) [español]Where stories live. Discover now