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Agosto.

"Querido diario, he tomado una decisión. Al parecer, debo actuar más violentamente para hacer llegar mi mensaje. Por lo que he podido averiguar, van tras mío. No era la idea, pero me parece un giro interesante. Ya lo conversé con mi multifacético hermano y cree que es una buena idea. Lo mismo piensa el muchacho de la silla. Son tal para cual, jaja... en fin ¿crees que lograremos nuestro objetivo?, ¿crees que tendré a Min Yoongi sólo para mí?"

Estaban a martes. Jimin jugaba con un lápiz tinta negro mientras pasaba sus horas en la oficina. Lo habían dejado a cargo del departamento. En la zona industrial de Seúl se generó una pelea entre dos bandas callejeras y los balazos se habían presentado rápidamente. Tae junto con Baek se dirigieron hacia allá como apoyo policial, y él, junto con Jungkook, se quedaron cumpliendo horario de oficina; ambos habían excedido las horas de campo y no tenían permitido ir, a menos que fuera extremadamente necesario.

Luego de lo que sucedió el viernes, ninguno de los chicos se sentía lo suficientemente valiente para llamar a los demás y decidir la forma de trabajo de esa semana. Ver a Hoseok tan molesto realmente les había afectado. Por su parte, Jimin intentaba no llamar a Yoongi para preguntar cómo se sentía. Sin embargo, la noche anterior no lo había soportado más y marcó sin pensar mucho. El mayor contestó al quinto timbre y no dijo nada. Jimin cortó a los segundos y decidió cambiar el nombre del contacto a "no llamar", pero tampoco dio muchos resultados ya que esa misma mañana tuvo el estúpido impulso de llamarlo nuevamente. Se reprendió mentalmente por su debilidad; Hoseok tenía razón. Actuar como un niño pequeño no arreglaría nada, debía enfrentar la situación de forma madura. Sin embargo, temía tanto lo que Yoongi pudiera decirle, que se frenaba y volvía a su escondite.

Jungkook opinaba que era un malentendido. Además, como el mismo Jimin pensaba, Yoongi no debía darle explicaciones a nadie de lo que hiciera con su vida personal; mucho menos a un "enano cabeza de cebolla celoso". También, le aconsejó ser honesto con sus sentimientos, porque "hasta en el polo Antártico habían notado que le gustaba" y era ridículo seguir negándolo.

A Park Jimin le gustaba Min Yoongi. Fin.

Pero no era tan fácil y eso a Jimin le causaba tristeza; debía estar concentrado en el caso y ayudarlo a salir de ese embrollo que no pidió a nadie. Vengar a las víctimas que el único error que cometieron, fue conocer por casualidad al pelinegro. No había momento para distraerse. Incluso si ya lo estaba. Se permitía divagar internamente como único consuelo a su estupidez.

Además, era casi imposible que Yoongi gustara de él.

Por el momento, las cosas habían estado tranquilas. Luego del asesinato a la pareja, pensaron que encontrarían más cuerpos, pero no fue el caso. Retornaron con éxito el cuchillo que tomaron "prestado" de la sala de evidencias y nadie había sido descubierto de actuar fuera de los marcos de la legalidad. Sin embargo, Jimin se sentía intranquilo. Quizás lo que había pasado entre los muchachos -por su responsabilidad- lo tenía un poco sensible, pero no podía esconder ese presentimiento de que algo malo estaba por suceder. Lo sintió cuando empezaron el caso, lo sentía ahora, mas no había alguna razón concreta para ello; solo el temor de perder frente al extraño psicótico, de perder a Yoongi completamente.

Porque lo había perdido sin saber que lo quería.

Porque aún había oportunidad de recuperarlo.

Jungkook, por su parte, estaba molesto con sus hyungs. No entendía su forma de actuar y definitivamente, había odiado ser reprendido por el bailarín y aún les guardaba cierto rencor por ello, pero no quería hacerlos sentir más mal. Había tranquilizado su conciencia llamando a Yoongi el fin de semana. Compartieron varios minutos de su vida hablando y riendo un poco, para luego declararle al mayor que lo consideraba uno de sus hyungs y que no lo odiara. Sonrió al recordar la pequeña risa y el: mocoso estúpido, eres como un hermano pequeño para mí, no creo poder odiarte. Por un momento, se sintió mal por llamarlo, pero sentía que los arrepentimientos eran innecesarios, había tomado un camino y ya no había vuelta atrás.

Convulsión (YoonMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora