• 1 | Mentiras confusas

3.3K 434 498
                                    

Y allí estaba, siendo testigo otra vez de sus mentiras

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Y allí estaba, siendo testigo otra vez de sus mentiras. Desde el día en que Evan llegó a su casa y sus padres le informaron de su muerte, hasta ahora, cuando había logrado tener casi todo lo que quería gracias a sus falsedades.

Estaba enfadado. Demasiado para ser exactos. Haber utilizado su suicidio para obtener simples deseos no hacia más que enojarlo.

Creó un mundo en el que él había sido su mejor amigo y en el que era una buena persona. Él más que nadie sabía que no era alguien bueno, en absoluto.

Pero qué podía hacer al respecto. De todos modos estaba muerto. Y un muerto no puede interferir en nada.

Sólo quiero que él esté muerto —refunfuñó en una esquina de su habitación. Observando cómo Evan dormía con tranquilidad en su cama.

Esa noche el señor y la señora Murphy, le habían permitido dormir por esa noche en su casa. Y esta idea emocionó de sobremanera a Evan debido a que pasaría más tiempo con su amor platónico, Zoe.

—Muchas gracias —Había murmurado antes de encerrarse en el cuarto. Más tarde visitaría la habitación de la adolescente y trataría de charlar con ella.

Connor sólo lo observaba atento. Se había decidido por seguirlo para estar más atento de sus acciones.

Y se le ocurrió algo que nunca tendría que haber pensado.

La muerte es algo inevitable y dolorosa. No importa el modo en el que aparezca. El dolor no sólo invade a la persona afectada, también a la persona que la provoca si es que ese es el caso. Ambos sufren la muerte, no del mismo modo pero el sufrimiento es similar.

Si él estaba muerto, ¿sería capaz de matar a alguien? ¿Sentiría el dolor de la muerte? Ya la había sentido una vez, ¿sucederá dos veces?

Se levantó del suelo y se acercó a su cama, fijando su vista en el adolescente más cerca. Parecía que en verdad ya se había dormido. Rió de forma inconciente.

Evan era en realidad una persona muy amable, sin embargo Connor no lo notaba. Estaba invadido por el enojo sin siquiera darse el tiempo de reflexionar qué era lo que sucedía con exactitud. Que Evan era tan sólo alguien que necesitaba cosas como cualquier humano. Connor también tenía deseos cuando estaba vivo.

Y aún los tenía. Por eso estaba allí, "vivo" de algún modo. Vivo pero nadie lo veía. No había diferencia entre la vida y la muerte al parecer, la soledad lo invadía en ambos sitios.

Entonces, ¿utilizaste mi vida para poder vivir bien la tuya o qué? —susurró con amargura mientras colocaba una mano en el cuello de Evan.

¿Qué estaba haciendo?

Qué ridículo.

Trató de presionar con más fuerza hasta que sintió una fuerte tos proveniente del menor. Se alejó sorprendido y fijó su mirada a un desorientado Evan que se reincorporaba en la cama, sosteniendo su garganta.

Aún no 『Connevan』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora